Su nombre distintivo (que significa “De [Perteneciente a] Magdala”) probablemente se origine de la ciudad de MGDALAH o MAGADÁN), situada en la orilla occidental del mar de Galilea, aproximadamente a medio camino entre Capernaum y Tiberíades. No hay registro de que YESHÚA visitase este pueblo, aunque pasó mucho tiempo en sus alrededores. Tampoco se sabe con certeza si era el pueblo natal de Miryam o su lugar de residencia. El que Lucas se refiera a ella como “Miriam la llamada de Magdala” ha llevado a algunos a pensar que el evangelista quería resaltar algo especial o peculiar. (Lu 8:2.)

 

YESHÚA expulsó 7 demonios de MIRYAM DE MAGDALAH, razón suficiente para que ella pusiese fe en él como el Mesías y para que respaldara tal fe con excepcionales obras de devoción y servicio. Se la menciona por primera vez en el transcurso del segundo año del ministerio de Jesús, cuando él y sus apóstoles estaban “viajando de ciudad en ciudad y de aldea en aldea, predicando y declarando EL EVANGELIO DEL REINO DEL ELOHÍM”. Junto con YOJANAH —la esposa del intendente de HORDÓS—, SHOSHANAH y otras mujeres, MIRIAM DE MAGDALA continuó atendiendo con sus propios bienes las necesidades de YESHÚA y sus apóstoles. (Lu 8:1-3.) por lo que sin duda era una mujer acaudalada.

 

 

Según el registro de los escritos apostólicos mesiánicos, luego de ser condenado a muerte y crucificado en el Monte Calvario, cuando Máriam (arameo) o Miryam de Magdalha (hebreo), Miriam y Salomé acudieron al sepulcro, temprano en la madrugada del 1er día de la semana (después del Shabbat) el cuerpo de Yeshúa no estaba. Había resucitado.

 

1 El primer día de la semana va Miriam de Magdala de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro, y ve la piedra quitada del sepulcro.

 

11 Estaba Miriam junto al sepulcro fuera llorando. Y mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro,
12 y ve dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Yeshúa, uno a la cabecera y otro a los pies.
13 Ellos le dicen: « Mujer, ¿por qué lloras? » Ella les respondió: « Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto. »
14 Dicho esto, se volvió y vio a Yeshúa, de pie, pero no sabía que era Yeshúa.
15 Le dice Yeshúa: « Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? » Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: « Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré. »
16 Yeshúa le dice: « María. » Ella se vuelve y le dice en hebreo: « Rabboní » - que quiere decir: « Maestro » -.
17 Yeshúa le dijo: « No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Elóha y vuestro Elóha. »
18 Fue María Magdalena y dijo a los discípulos que había visto al Señor y que había dicho estas palabras.
(Jn. 20, 1.11-18)

 

Miriam de Magdala no fue al sepulcro, fue a buscar a Yeshúa, pero para encontrarlo había de buscarle escondido en el sepulcro. La corteza donde estaba Yeshúa era dura: la oscuridad de la noche, la soledad, porque el amor no admite compañía; una tumba donde se supone que sólo está un cadáver, un sepulcro que estaba abierto y supuso que el cuerpo de Yeshúa se lo habían llevado…

 

Y en medio de esta congoja, su llanto y unas lágrimas desoladoras. Pero no se quedó en ellas, su amor le hizo moverse a mirar, pero sin dejar de llorar; y lo que vio no lo percibió en su realidad: dos seres celestes. Lo único real para Miriam de Magdala era su dolor y angustia…

 

 

 

Y los ángeles le preguntan: ¿por qué lloras? Y Yeshúa se le aparece, pero no ve nada más que su deseo de tener de nuevo a su Señor. Y El añade: ¿a quién buscas? Y Yeshúa ya no resiste en su escondimiento y la llama como tantas veces la llamó en vida: “¡Miriam!”. Es la voz de su Amado y al reconocerle se tira sus pies y le rinde homenaje, lo besa, le manifiesta todo su corazón derramado ante El. Y El la deja, pero suavemente, como sólo sabe hacerlo el Amor; le dice que le suelte porque ya no estará más en esta tierra: se va el Padre que lo espera y también a ella y a sus hermanos los apóstoles, que Él ha elegido los primeros para ver su gloria…, ha de ir a ellos y ser el primer testigo de que Él ha resucitado…

 

Y Miriam con este mandato, va muy alegre y presurosa a contar lo que le ha sucedido con Yeshúa.

 

Aunque Miriam de Magdala fue una figura clave en este evento, después de la resurrección son los 12 apóstoles los encargados de llevar la palabra de Yeshúa a todo el mundo -según los relatos bíblicos- y sobre ellos recae la expansión de las doctrinas mesiánicas del Reino de Yeshúa.

 

Sin embargo, hay un texto, conocido como el Evangelio de María, que le da un papel mucho más preponderante a la figura de Miriam de Magdala.

 

El Evangelio de Miriam, o Evangelio según Miriam de Magdala, es un texto apócrifo que según especialistas fue originalmente escrito en el siglo II.

 

 

 

Los llamados Evangelios Apócrifos son textos alternativos que quedaron fuera de la biblia cuando la Iglesia Católica llegó a una versión oficial del cristianismo.

Según los estudiosos, está claro que la persona aquí  se refiere a Miriam de Magdala.

 

De él se conservan solo 3 fragmentos, 2 ediciones en griego del siglo III y otro un poco más extenso en copto, del siglo V. Dicha traducción en copto fue hallada en un bazar de El Cairo por un erudito alemán en 1896.

 

Las ediciones en griego fueron descubiertas posteriormente en excavaciones en Egipto.

 

"Todavía no se conoce una copia completa del evangelio de María. Menos de 8 páginas del antiguo texto de papiro sobreviven, lo que significa que casi la mitad del evangelio de María está perdido para nosotros, quizás para siempre", escribió la historiadora e investigadora Karen King, en la edición comentada de su traducción del texto.

 

Según King, esta breve narración presenta una “interpretación radical” de la doctrina de Yeshúa como un camino hacia el conocimiento espiritual interior y también "el argumento más directo y convincente en cualquier escrito cristiano primitivo sobre la legitimidad del liderazgo de las mujeres".

 

Yeshúa anima a sus discípulos a salir y predicar sus enseñanzas al mundo, pero tienen miedo de hacerlo. "Si lo mataron a él, también nos matarán a nosotros", dicen.

 

 

Es Miriam quien da un paso adelante y dice: "no se preocupen, él prometió que estaría con nosotros para protegernos" Dice que ella dirigirá sus corazones hacia el bien y comienzan a discutir las palabras del Salvador.

En textos como el Evangelio de Felipe -otro apócrifo-, Miriam es presentada como un símbolo de sabiduría. Sin embargo, en el Evangelio de Miriam, ella es quien les cuenta a los discípulos sobre las enseñanzas de Yeshúa. En un momento del texto, Pedro le pide a Miriam que les cuente "las palabras del Salvador" que ella había escuchado y ellos no.

"Lo que está escondido para vosotros os lo anunciaré", responde Miriam de Magdala

Entonces les habla de una visión que tuvo de Yeshúa y de una conversación con él, de la que da algunos detalles. Más tarde, relata una controversia en la que intervienen los apóstoles Andrés y Pedro. Andrés, dirigiéndose a los demás, dice: "no sé lo que piensan los demás, pero estas cosas me parecen muy extrañas, y parece que nos está contando enseñanzas diferentes a las del Salvador".

Después interviene Pedro: "¿Habría Yeshúa hablado en privado con una mujer en lugar de abiertamente con nosotros? ¿Él la prefería a nosotros?"

Mateo defiende a Miriam y reprime el ataque sobre ella. "Pedro, siempre fuiste impulsivo. Ahora te veo ejercitándote contra una mujer como si fuera un adversario. Sin embargo, si el Salvador la hizo digna, ¿quién eres tú para rechazarla?

"El Evangelio de Miriam de Magdala se escribió cuando el mesianismo nazareno, todavía en sus etapas iniciales, estaba formado por comunidades ampliamente dispersas en el Mediterráneo oriental, comunidades que a menudo estaban relativamente aisladas unas de otras y probablemente cada una lo suficientemente pequeña como para reunirse en la casa de alguien", escribe King en su edición del texto.

Testamento por un culto no cristiano llamado los gnósticos (ver “Los evangelios Gnósticos”). Estos escritos no son parte del Nuevo Testamento, y fueron rechazados por los primeros cristianos eclesiásticos como "heréticos".

Aquellos que escribieron de una relación íntima entre Yeshúa y Miriam citan algunos pasajes de 2 de aquellos escritos, el Evangelio de Miriam y El evangelio de Felipe.

 

Veamos esos pasajes:

 

 

 

 

 

El Evangelio de Miriam de Magdala

 

Este evangelio gnóstico  fue escrito por un autor desconocido en la última mitad del segundo siglo, o cerca de 150 años después de la muerte de Yeshúa. Ningún testigo presencial, incluyendo Miriam, habría estado vivo para el tiempo en que fue escrito (cerca de 150 D.C). Esa fecha tardía significa que el evangelio de Miriam no pudo haber sido escrito por un testigo presencial del Mesías, y nadie sabe quién lo escribió.

 

Un versículo en el evangelio de Miriam se refiere a ella como la discípula preferida de Yeshúa, diciendo que él amaba a Miriam “más que a nosotros (es decir, sus discípulos).” En otro versículo Pedro, supuestamente le dice a Miriam lo siguiente:

 

 “Hermana, nosotros sabemos que el salvador te ama más que cualquier otra mujer.”

 

 

 

Evangelio de Felipe · Codex II de la Biblioteca de Nag Hammadi ·

· Pág. 51 del Codex II, con el final del Evangelio de Tomás y las seis primeras líneas del Evangelio de Felipe ·

Fuente imagen original: “The Gospel Thomas Resource Center"  http://gospel-thomas.net 

 

El Evangelio de Felipe

 

En el evangelio gnóstico de Felipe indica que Yeshúa y Miriam eran “compañeros íntimos”. Este versículo se lee: (paréntesis aparecen donde palabras del documento están perdidas o ilegibles) “3 mujeres siempre caminaban con el maestro: Miriam su madre, ( ) hermana, y Miriam de Magdala, quien es llamada su compañera (koinonos). Pues “Miriam” es el nombre de su hermana, su madre y su compañera (koinonos).”

 

Koinonos tiene una connotación de compañera íntima aunque no esposa, pues la palabra generalmente usada para esposa en griego es “gune”, no “koinonos”. Es mucho más probable que koinonos aquí signifique “hermana intima o compañera” en el sentido espiritual que es como es usado en otros sitios en esta clase de literatura.

 

Hay solo un versículo en el evangelio de Felipe que dice que Jesús besó a Miriam. “La compañera de [ ] es Miriam de Magdala. El [ ] ella más que [ ] los discípulos, [ ] la besó a menudo en su [ ]. El otro [ ].... le dijo a él, “¿Por qué la amas a ella más que a todos nosotros?”

 

Saludar a una amiga intima con un beso en la boca era común en el siglo I. La profesora Karen King explica en su libro El Evangelio de Miriam de Magdala, que el beso en Felipe probablemente fue el beso puro de hermandad que se solía hacer entre los discípulos más íntimos del Maestro.

 

· Extractos del Evangelio de Felipe (NHC II, 3) · *

 

 “3 mujeres caminaban siempre con el Señor: Miriam, Su madre; la hermana de ésta y la de Magdala, que es denominada  «Su Compañera»[1]. Así, pues, Miriam es Su hermana, Su madre y Su compañera.”(59 6-11)[2]

***

“Y la Compañera del {Salvador es} Miriam de Magdala. El {Salvador} la amaba más que a todos los discípulos, y la besaba frecuentemente en la {boca}. Los demás {discípulos} le dijeron: «¿Por qué la amas  más que a todos nosotros?». El Salvador respondió y les dijo: «¿Por qué no os amo a vosotros como a ella?».(63-645) 

***

Evangelio de Tomás
Evangelio de Tomás

La posibilidad de que Yeshúa haya tenido una relación íntima con Miriam de Magdala  y que de esa unión hubiese nacido una niña no se sostiene biblicamente pero cobró gran fuerza durante la Edad Media en el sur de Francia, más precisamente en la región de Aix en la Provence,  donde la tradición asegura que Marta y Elazar de Betania llegaron de su exilio junto a una Miriam de Magdala  ya embarazada.

Otras leyendas sostienen que la hija de la de Magdala, llamada Sara, no nació en Francia, sino que llegó a las costas de la Bretaña junto a Yosef el de Arimatea (y el Santo Grial es decir: Sangre Real) y una corte de seguidores de Cristo que habían huido de Israel, entre ellos, Miriam Salomé, Miriam de Cleopás (tía de Yeshúa)  Maximino, Marcela, Celidonia, Trófimo de Arlés y algunos otros.

La leyenda dice que el viaje hacia Francia se realizó gracias a un milagro náutico. La embarcación atravesó el Mediterráneo sin timón ni velas hasta llegar a Nuestra Señora de Ratios, que desde 1838 se llamó Saintes Maries de la Mer, (Santas Marías del Mar), en la región de Provenza, muy cerca de Arlés.

Según la tradición el grupo se dispersó en el año 48 d.C. Lázaro fue a predicar a Marsella, Marta y Marcela a Tarascón, Máximo se dirigió a Aix en Provence, Trófimo a Arlés y María se retiró a una cueva en las montañas de Saint Maximin la Sainte Baume.

La figura de Sara, en cambio, es mucho más esquiva. Las leyendas medievales apenas la sugieren como una posibilidad inquietante. Debido a que su tarea principal era pedir para financiar las expediciones evangelizadoras de sus compañeros, se la asoció al pueblo gitano, y desde entonces se la considera como su patrona, a pesar de que nunca fue canonizada.

No obstante, las leyendas a menudo se contradicen, ofreciendo versiones muy disímiles del mismo personaje. Por ejemplo, se dice también que Sara vivió durante un tiempo en la ribera del Ródano en la Galia. Allí practicaba una especie de magia primordial muy poderosa. Los gitanos la veneraban, y una vez al año realizaban una procesión hasta su casa para recibir su bendición.

Esta misma tradición sostiene que Sara no era en realidad hija de Yeshúa, y que su tarea fue ayudar a los exiliados de Israel que buscaban refugio en aquella zona.

Los que defienden la teoría de que Sara era la hija de Yeshúa y Mariam de Magdala sostienen que la verdadera identidad de la muchacha debía ser protegida a toda costa; y que no era extraño que se la haga pasar por sirvienta en orden de protegerla de sus enemigos.

Sara aparece en muchas tradiciones orales, pero recien en 1521 se la menciona en un texto de Vincent Philippon llamado: La légende des Saintes-Maries.

Allí se comenta que en 1447 Renato de Anjou  le solicitó al papa Nicolás V  una bula para permitirle rastrear los cuerpos de los "santos" que se veneraban secularmente en la región. Renato encontró los restos mortales de María Magdalena y sus compañeras, y fueron colocados en relicarios ornamentados. Sara, en cambio, no calificaba como "santa" de la iglesia católica, de modo que sus restos fueron conservados en modestísimos relicarios, tal como luego lo registraría Jean de Labrune. 

Históricamente no se reconoce ningún culto a Sara, la hipotética hija de Yeshúa, antes del año 1800. El folklorista Fernand Benoit comenta que los gitanos realizan una extraña procesión anual justo antes de la procesión de las Marías. Esta tradición procede del siglo XV, aunque no se conoce a ciencia cierta si su objetivo era honrar secretamente a Sara. 

 

Quienes están a favor de la figura de Sara como hija de Yeshúa, sostienen que los gitanos buscaban enmascarar su culto, y que la adoraban bajo la forma de una mujer negra, cuya estatua era llevada en andas hasta las costas del mar. 
En este sentido, la hipótesis es antropológicamente inviable. Los gitanos proceden de la India, donde adoraban a la diosa Kali representada como una mujer negra como el ébano, y su culto consistía en largas peregrinaciones hacia el mar. Demasiadas coincidencias como para tratarse de dos cultos diferentes.

La historia de Sara no concluye aquí. La idea de que Yeshúa tuvo intimidad con Miriam de Magdala y que esta quedó fecundada del linaje real de Yeshúa y  engendrasen a una hija llamada Sara está fuertemente instalada en las leyendas locales. Sin embargo, no se han encontrado pruebas concluyentes que ubiquen su culto en la antigüedad.
Para los amantes de las sincronías etimológicas hay que decir que el nombre Sara, en hebreo Sarah, significa literalmente "princesa".

 

 

A Miriam de Magdala se la representa con un vaso de alabastro, que es la misma "Ampolla Sagrada", un recipiente que contenía el óleo santo que servía para consagrar a los reyes merovingios en Francia en la catedral de Reims.

 

El mito o la leyenda comienza con el bautismo en el 496 del rey Clodoveo (466-511) por parte del obispo de Reims, Remigio, posteriormente canonizado. Clodoveo, rey de los Merovingios y ‘fundador’ de las sucesivas dinastías francesas, se convertía al cristianismo tras su bautizo.

 

Según la tradición, una paloma (el símbolo de Ishtar/Innana y del Espíritu Santo) la había traído del cielo en el momento del bautismo del rey Clodoveo, junto con un ramillete de lirios, "Flores de Lis", el símbolo que adoptarán más tarde las monarquías europeas.

 

El vaso o ampolla de alabastro también evoca a otro recipiente venerado por los Merovingios, el famoso "Jarrón de Soissons", que contenía muestras de la sangre de los 39 primeros reyes de la dinastía, una evidente prueba de la importancia que tenía la sangre - la genética - para ellos. En este jarrón está el origen del cáliz llamado Santo Grial, del que se asocia al "Castillo del Grial", en Montserrat (Barcelona).

 

 

 

SANGRE REAL

 

Algunos escritos revelan que Sara de Marsella pudo ser la presunta y secreta hija de Yeshúa Mesías y Miriam de Magdala y que Yosef de Arimatea no se llevó un cáliz a la Galia, sino el recipiente simbólico y vivo de Miriam de Magdala con la sangre real en forma de linaje genético a través de al menos una hija de Yeshúa.

 

Esa supuesta hija de Miryam de Magdalah tuvo que ser engendrada  MESES ANTES de morir Yeshúa, y las leyendas indican que se conocía como Sara de Marsella.

 

Es cierto que el propósito del Elohím sobre Yeshúa era que el dar la vida terrestre perfecta y predicara el Reino, pero nada hay en las Escrituras que no se permitiera dejar un linaje genético dentro de la mujer amada.

 

Otros afirman fuertemente que No sólo mantuvieron relaciones sexuales (lícitas), sino que tuvieron una descendencia: tras la crucifixión y posterior resurrección de Yeshúa, Miriam huyó de Palestina a Francia se asoció con el barquero y ambos vivieron juntos. En la región de Marsella nació su hija, Sara quien con el tiempo se convertiría en la fundadora de la dinastía merovingia, como ya explicamos, por lo que la realeza francesa podría reclamar un linaje divino.

 

Evidentemente, se trata de un dato importante: si tu antepasado directo fuera nada menos que el Hijo del Elohím, ¿no querrías que la gente lo supiera?

 

¿Es posible que el LINAJE REAL DE LA SANGRE de Yeshúa se refiera a la propuesta de que una secuencia lineal de descendientes del Yeshúa histórico ha persistido hasta la actualidad?

 

Las afirmaciones suelen presentar a Yeshúa como casado, a menudo con Miriam de Magdala, y con descendientes que viven en Europa, especialmente en Francia, pero también en el Reino Unido. Pero nada hay en la Escritura ni en las profecías que sugiera esa posibilidad.

 

Bart D. Ehrman, que preside el Departamento de Estudios Religiosos de la Universidad de Carolina del Norte, comentó que, aunque hay algunos estudiosos de la historia que afirman que "es probable que Jesús estuviera casado", la gran mayoría de los estudiosos del Nuevo Testamento y del cristianismo primitivo consideran que tal afirmación no es históricamente fiable.

 

Una nueva publicación basada en un Manuscrito de 1.450 años de antigüedad afirma tener pruebas fehacientes del matrimonio de Yeshúa e incluso da a conocer los nombres de sus hijos.

 

Se trata del libro "The Lost Gospel: Decoding the Sacred Text that Reveals Jesus Marriage to Mary Magdalene" ("El evangelio perdido: decodificando el texto sagrado del matrimonio de Jesús con María Magdalena"), presentado en Inglaterra.

 

El texto, autoría de Barrie Wilson y Simcha Jacobovici, afirma que tiene pruebas fehacientes de que Yeshúa tuvo 2 hijos con Miriam de Magdala e informaron que el libro se basa en un manuscrito de hace 1.450 años encontrado en la Biblioteca Británica, escrito en un dialecto arameo y que fue conservado en el lugar sin haber sido traducido por cerca de 160 años. ¿Pero cuanta realidad hay en ese libro?

 

Este antiguo texto que tiene como nombre "La historia eclesiástica de Zacharias Rhetor", fue llevado en 1847 al Museo Británico desde un monasterio egipcio. Sin embargo, el manuscrito fue considerado insignificante por los estudiosos de la época.

El libro también da cuenta de un intento de asesinato contra el nazareno y de sus conexiones políticas con el emperador romano Tiberio y un soldado llamado Tejano.

 

Esta no es la primera vez que se sale a la luz una investigación de este tipo. Por ejemplo, en el 2012 la profesora de la Universidad de Harvard, Karen King, presentó "El evangelio de la esposa de Jesús", que data del siglo IV y contenía una cita de Yeshúa refiriéndose implícitamente a su compañera: "Mi esposa será mi discípula".

 

No sería el primer evangelio perdido. La idea de que Yeshúa hubiera estado casado con Miriam de Magdala se popularizó en 1953 en la novela La última tentación de Cristo, del escritor griego Nikos Kazantzakis. Martin Scorsese la llevó al cine en 1988 en la película "la última tentación de Cristo", donde el protagonista realiza escenas de amor con la actriz Barbara Hershey.

 

Se dice que el texto de este evangelio perdido más reciente es una traducción de un manuscrito en griego, según el análisis de una carta que data del siglo VI y que acompañaba al texto en asirio en la Biblioteca Británica, dice un artículo que el diario británico Daily Mail publicó sobre el libro. Aunque esta es una conjetura de Wilson y Jacobovici opinan que sin importar cómo se mire esta historia, su origen es antiguo y podría tal vez remontarse al siglo II.

 

La historia en lengua asiria ni siquiera habla directamente sobre Yeshúa. Está escrita en clave o simbolismo y se centra en un hombre al que llaman Yosef, y una mujer lamada Asenet. En esta historia, a Yosef lo llaman hijo del Elohím y hay pasajes que al parecer contienen las mismas palabras de la Cena del Señor. Pero a decir verdad, nada en el aparecen los personajes bíblicos de Miryam y Yeshúa. ¡La imaginación realmente no tiene límites!

 

El faraón de Egipto casó a los dos Yosef y Asenet y en su boda dijo: "Benditos sean por el Señor el Elohím de Yosef, porque él es el primogénito del Elohím, y a ti te llamarán la Hija del Elohím Altísimo y esposa de Yosef, hoy y para siempre".

 

No obstante siempre hay que recordar que muchos evangelios se escribieron en las décadas (e incluso siglos) que siguieron a la muerte de Yeshúa y que no son solo los 4 que los cristianos reconocen. Entre estos están los conocidos evangelios de Tomás, Pedro, Judas y Jaime (Jacobo).

 

Los llamados evangelios gnósticos, que salieron a la luz en 1945 en el desierto egipcio de Nag Hammadi, contienen varios escritos de la cristiandad temprana, incluido un evangelio completo de Tomás y versiones parciales de los evangelios de Felipe y Miriam, entre otros.

 

No fue sino hasta el final del siglo II que Ireneo, el influyente obispo eclesiástico de Lyon, hizo su mejor esfuerzo para asegurarse de que solo se considerara a los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan como los 4 pilares de la cristiandad. Quería erradicar los muchos textos que también podrían tener autoridad bíblica.

 

¿Entonces qué deberían creer los creyentes nazarenos mesianísticos cuando surja material nuevo sobre Yeshúa? ¿Podría haber otros evangelios que nos digan más de lo que podemos descubrir en los de Mateo, Marcos, Lucas y Juan? ¿Podría acaso Yeshúa haber tenido una esposa e hijos? ¿Cuál fue el rol que Miriam de Magdala desempeñó en su vida?

 

Es evidente que Miriam de Magdala estaba muy cercana a Yeshúa. Ella lo llamaba rabboni, que en arameo significa mi maestro. Otras personas también lo llamaban así. Ella estuvo al pie de la cruz y fue la primera en visitar la tumba luego de su muerte.  Ir a ver el cuerpo de un hombre al que acababan de crucificar sin duda es un acto muy íntimo y familiar.

 

En el siglo I, habría sido común que un rabino tuviera esposa. Además, sabemos que Pedro, uno de los discípulos más cercanos a Yeshúa, tenía esposa, ya que Yeshúa fue a visitar a su suegra enferma. De cierta forma, no sabemos nada sobre la esposa de Pedro ni de las posibles esposas de otros discípulos. Pero si el Evangelio dice que Pedro estaba casado y que los demás también tenian sus mujeres y de Cristo no se indica tal hecho concreto, no podemos especular solo indicar lo que dicen las leyendas medievales.

 

Nuestro linaje de amor universal

Miriam de Magdala fue su discípula ferviente, sin duda ejemplo de amada hermana. Lo mismo que es cualquier hermana para su hermano en la fe en la Iglesia Nazarena del Amor. Tu también eres hermana, esposa y madre amada para el Olam. Portas en tu vientre, el sello real, el embarazo del linaje ancestral, lo sagrado místico de Yeshúa quien es Tu Gran Esposo, y esta manifestación fue reconocida al instante mediante tus visiones y profecías, tu estado de éxtasis por avivamiento del E.S.

Tu vientre, puede ser como  santo Grial, portador del fruto para la vida eterna. ¡El linaje del amor perdurará por siempre en nosotros!

Es un regalo sagrado, que se manifestara en el fruto del Espíritu. La nueva tierra, será con el nacimiento de nuevas criaturas y el encuentro de millones de vidas que en dimensiones elevadas verán realizar su mayor anhelo en una unión familiar universal eterna.

 

 

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