LAS MATRIARCAS DE LA TORAH

MATRIARCAS DE LA TORÁ (01-01-2024)

 

Este estudio abarcará en síntesis la historia de las 4 mujeres de los 3 patriarcas: Sarah, Rivka, Rajel y Leah, más Bilhah y Zilpah, se encuentra en la Torá dentro del Sefer de Génesis (Bereshit): La Biblia refiere los nobles rasgos de su carácter, su belleza (Sarah y Rajel), su amabilidad y hospitalidad para con los extraños, pero también sus defectos. Las 4 primeras estaban emparentadas con sus esposos, y a excepción de Leah, tuvieron sus hijos a edad avanzada.

 

Comenzamos con la esposa de Avraham Sarah

 

 

Sarah

 

Sarah, su nombre en Génesis primeramente es Sarai que significa con toda posibilidad “contenciosa” (Gé 17:15.) pero fue cambiado a Sarah que significa "princesa".

 

 

 

Era medio hermana de su esposo Avraham y fue la madre del también patriarca Yitsjaq. (Gé 11:29; 20:12; Isa 51:2.) Era 10 años más joven que Avraham (Gé 17:17), y se unio conyugalmente con él cuando vivían en la ciudad caldea de Ur. (Gé 11:28, 29.) Fue estéril hasta que los ángeles fecundadores enviados intervinieron en su sistema reproductor y recuperó milagrosamente sus facultades procreativas después de la menopausia. (Gé 18:11; Ro 4:19; Heb 11:11.)

 

   Sarah posiblemente tenía unos 70 años cuando partió con Avraham de Ur y empezó a residir en Jarán al noroeste de la Mesopotamia. A la edad de 65 años acompañó a su hombre desde Jarán a la tierra de Kenaán. (Gé 12:4, 5.) Allí pasaron cierto tiempo en Siqem, en la región montañosa al este de Bet-Èl y en otros diversos lugares, hasta que el hambre en el país los obligó a ir a Egipto. (Gé 12:6-10.)

 

Aunque ya era de edad avanzada, Sarah era muy hermosa. Por esa razón, Avraham le había pedido antes que cuando fuese necesario durante sus viajes, ella dijera que era su hermano, para evitar así que otros lo matasen con el fin de tomarla a ella. (Gé 20:13.) El que dijeran esto en Egipto, resultó en que Sarah fuera llevada al palacio de Faraón por recomendación de sus príncipes. Pero la intervención divina impidió que Faraón la violase. Después, la devolvió a Avraham y le solicitó que marcharan del país. También se aseguró de que Avraham marchara a salvo con todo cuanto tenía. (Gé 12:11-20.)

 

Es digno de mención que un papiro antiguo habla de cierto Faraón que encargó a militares que tomaran a una mujer y mataran a su esposo. De modo que el temor de Avrahán de que le dieran muerte por causa de Sarah no era infundado. En lugar de poner en peligro su vida en un intento vano por salvar la reputación de su esposa en una tierra extranjera, optó por el proceder que le pareció más seguro. Debe tenerse presente que Avraham era el señor de su mujer. Sarah estaba dispuesta a rendir culto  a YHVH con su. En ninguna parte de las Escrituras Sagradas se censura el proceder de Avraham.

 

10 años después de haber entrado originalmente en Kennaán, Sarah, que ya tenía 75 años, le pidió a Avrahm que tuviese relaciones con su sirvienta egipcia, Agar, para que le diera hijos. (Gé 16:1-3.) Las dificultades que esto originó hicieron patente que YHVH no cumpliría de esta manera la promesa hecha previamente a Avraham concerniente a la “descendencia”. (Gé 15:1-16.) Una vez que se dio cuenta de que estaba embarazada, Agar empezó a despreciar a su ama. Cuando Sarah expresó su queja, Avraham le concedió a su esposa plena autoridad para tratar a Agar como su sierva. Humillada por Sarah, Agar huyó de su ama, pero obedeció el mandato divino y regresó, después de lo cual dio a luz a Ismael. (Gé 16:4-16.)

 

Unos 13 años después del nacimiento de Yismael, cuando Avraham recibió el mandato divino de circuncidar a todos los varones de su casa, también se le dijo que no llamase más a su esposa por el nombre “Sarai”, sino “Sarah”, que como ya dijimos al principio, significa “princesa”.

 

El Elohím dijo con respecto a Sarah: “En cuanto a Ismael, te he oído: He aquí lo bendeciré, lo haré fecundo y lo multiplicaré en gran manera, engendrará doce príncipes y haré de él una gran nación.” (Gé 17:20 BTX4ª.) Poco después, en Mamré, uno de los 3 visitantes angélicos reafirmó que Sarah daría a luz un hijo. Al oír esto, “Sarah empezó a reírse para sí, diciendo: ‘Después que estoy gastada, ¿En verdad tendré placer, siendo, además, viejo mi señor?’”. Cuando se la reprendió por reírse, Sarah negó con cierto temor haberlo hecho. (Gé 18:1-15; Ro 9:9.) Dado que en Hebreos 11:11 se cita a Sarah como un ejemplo de fe, su risa no debió ser una expresión de completa incredulidad, sino que la idea de tener un hijo a su avanzada edad no le pareció exenta de algo gracioso. El que Sarah reconociese (para sí) a Avraham como su señor indicaba su obediencia y Leahltad a su cabeza conyugal, y su ejemplo se recomienda a las esposas creyentes nazarenas-mesianistas. (1Pe 3:5, 6.)

 

Sarah y su esposo se pusieron a residir en Gerar. Como había hecho previamente, Avraham presentó a su esposa como su hermana. Luego el rey de Gerar, Aviméleq, tomó a Sarah. De nuevo fue la intervención de YAHWEH lo que la salvó de ser violada. Abiméleq se la devolvió a Avraham, y también le dio ganado, así como criados y criadas, en compensación por haberle privado temporalmente de su mujer. Además le entregó 1.000 piezas de plata, lo que era muestra de que Sarah estaba libre de todo injuria moral. (Gé 20.)

 

A la edad de 90 años Sarah tuvo el gozo de dar a luz a Yitsjaq. Entonces exclamó: “El Elohím me ha dado risa: todo el que oiga de ello se reirá de mí”. Esa risa posiblemente se debió al deleite y al asombro por el nacimiento del niño. Sarah amamantó a su hijo por unos 5 años. Cuando Yitsjaq fue destetado, Avraham preparó un gran banquete. En esa ocasión Sarah observó que el hijo de Agar con su hombre Avraham, Yismael, que para ese tiempo tenía como unos 19 años de edad, “se burlaba” o jugaba con Yistjaq en son de mofa. Temiendo, al parecer, por el futuro de su hijo Yitsjaq, solicitó a Avraham que despidiese a Agar y a Yismael. Después de recibir la aprobación divina, Avraham lo hizo. (Gé 21:1-14.)

 

Unos 32 años después, Sarah falleció, a la edad 127 años, y Avraham la sepultó “en la cueva del campo de Macpelá”. (Gé 23:1, 19, 20.)

 

 

 

Sarah, una representación simbólica.

 

Al escribir la epístola a los gálatas, el enviado Shaúl de Tarso mostró que Sarah representaba simbólicamente a la “Yerushaláyim de arriba”, la madre de los creyentes o “Descendencia  avrahámica”. Al igual que Sarah, esta Yerushaláyim era como una mujer simbólica de YAHWEH y nunca ha estado en esclavitud, por lo que sus hijos también son libres. Para que alguien se convierta en hijo libre de esta mujer simbólica “con la libertad de ella”, el Hijo del Elohím tiene que librarlo de la esclavitud al pecado. (Gál 4:22-31; 5:1) Como Yeshúa ha-Mashiaj dijo a los descendientes naturales de Avraham, “muy verdaderamente os digo: Todo el que practica pecado es esclavo del pecado. Además, el esclavo no permanece en la casa para siempre; el hijo permanece para siempre. Por eso, si el Hijo os liberta, seréis en verdad libres”. (Jn 8:34-36.)

 

En definitiva, la belleza, castidad, sumisión y obediencia son las cualidades que caracterizan a Sarah.

 

 

 

Rivkah

 

Posiblemente su nombre significa “vaca”. Fue

 

hija de Betuel, el hijo de Nacor, y, por lo tanto, sobrina nieta de Avraham. El nombre de su hermano era Labán. (Gé 22:20-23.)

 

Avraham envió al administrador o mayordomo de su familia, Eliezer, a buscar una buena esposa para su hijo Yitsjaq (quien entonces tenía 40 años). Este administrador fue a “la ciudad de Nacor”, que estaba en la parte norte del valle de Mesopotamia. Allí, junto a un pozo, oró para que la joven escogida por YHVH no solo le diese de beber cuando se lo pidiera, sino que además se ofreciese para dar de beber a sus 10 camellos. (Gé 24:1-14.) Mientras oraba, Rivkah fue al pozo con un jarro de agua. Cuando le pidió un sorbo de agua, ella fue amable, le dio de beber y luego “en seguida vació su jarro en el abrevadero y corrió vez tras vez al pozo para sacar agua, y siguió sacando para todos los camellos de él. Entretanto, el hombre se quedó mirándola con fijeza, admirado, guardando silencio para saber si YHVH había dado éxito a su viaje o no”. Rebeca fue amable, hospitalaria, modesta e industriosa; además, “la joven era de apariencia muy atractiva”. (Gé 24:14-21.)

 

El mayordomo de Avraham reconoció que su oración había sido contestada, y le regaló a a la joven una nariguera y dos hermosos brazaletes de oro. Ella se los enseñó a la casa de su madre y a su hermano Labán, quien a su vez mostró hospitalidad al visitante y a los servidores que estaban con él. (Gé 24:22-32.) No obstante, antes de comenzar a comer, el hombre comunicó su misión. En respuesta, Labán y Betuel, su padre, dieron su consentimiento para que Rivkah se uniera como mujer a Yitsjaq. Luego, el mayordomo de Avraham regaló a Rivkah y a su familia preciosos artículos de oro y plata, así como vestidos finos  finos, y después todos comieron juntos. (Gé 24:33-54.) Esta transacción constituyó un contrato matrimonial honorable, no entre Rivkah y Yitsjaq, sino entre los padres de ambos, de acuerdo con la costumbre oriental de entonces. De esta forma Rivkah fue prometida a Yitsjaq, y a partir de ese momento era su esposa legal.

 

Con el consentimiento de Rivkah, la caravana salió a la mañana siguiente para el largo viaje hacia el Négev, cerca de Beer-lahai-roí, donde vivía Yitsjaq en aquel tiempo. Antes de partir, la familia bendijo a la joven, diciendo: “Que llegues a ser miríadas de miríadas, y que tu descendencia tome posesión de la puerta de los que la odien”. Con Rivkah fueron también Débora, su nodriza, y otras servidoras, que al parecer jamás regresaron a su tierra. (Gé 24:55-62; 35:8.)

 

Cuando llegó a su destino, Rivkah se cubrió con su manto al acercarse Yitsjaq, su hombre. Después que el mayordomo de Avrahm contó a Yitsjaq todos los pormenores del viaje y cómo YHVH había dirigido la selección, Yitsjaq introdujo a Rivkah en la tienda de su madre para que pasase a ser su mujer mediante unión sexual con ella. Yitsjaq la amó profundamente y “halló consuelo después de la pérdida de su madre”, Sarah, quien había muerto 3 años antes. (Gé 24:63-67.)

 

Al igual que Sarah, Rivkah permaneció estéril por un largo período de tiempo. Después de unos 19 años, durante los cuales Yitsjaq suplicó de manera persistente a YHVH, concibió y dio a luz gemelos: Esav y Yaaqov. Tan angustioso fue su embarazo, pues pugnaban el uno con el otro en la matriz, que Rivkah se preguntaba: “¿Exactamente por qué estoy viva?”. Como respuesta, YHVH le aseguró que sería la madre de 2 grandes naciones, y que “el mayor servirá al menor”. (Gé 25:20-26.) Shaúl de Tarso dice que esto fue para demostrar que la selección de la ‘descendencia de la promesa’ dependía por entero de la selección divina. (Ro 9:6-13.)

 

Como Sarah, Rivkah también encubrió su identidad en una ocasión, haciéndose pasar por la hermana de su hombre. Esto ocurrió cuando un hambre en la tierra obligó a su familia a establecerse temporalmente en territorio filisteo gobernado por el rey Aviméleq. Para ese tiempo, Rivkah debía estar entrada en años; sin embargo, debido a su gran belleza, Yitsjaq, el heredero designado del pacto avrahámico, suponía que estaba en peligro de morir si se sabía que era su hombre. (Gé 26:1-11.)

 

Cuando Yitsjaq, ya viejo, se dispuso a bendecir a Esav, su primogénito, Rivkah inmediatamente tomó medidas para que Yaaqov fuera el bendecido. (Gé 25:28-34; 27:1-5.) No se dice si Rivkah sabía que Yaaqov tenía derecho legal a la primogenitura por haberla comprado, pero era muy consciente de lo que le había dicho YHVH, es decir, que el mayor serviría al menor. De modo que se aseguró de que Yaaqov obtuviera para sí la bendición de su padre. El resultado final estuvo en armonía con el plan divino. (Gé 27:6-29.)

 

Más tarde, cuando Rivkah se enteró de los planes que tenía Esav de matar a su hermano Yaaqov, indujo a Yitsjaq a que enviara a Yaaqov a la tierra natal de ella con el fin de que se buscase una mujer como esposa. Tanto a ella como a Yitsjaq les había apenado mucho que Esav hubiese tomado 2 mujeres de entre los idólatras kanaaneos. (Gé 26:34, 35; 27:41-46; 28:1-5; 29:10-12.)

 

No se dice exactamente cuándo murió Rivkah, pero puede ser que falleciera antes de que Yaaqov regresase de Mesopotamia. (Gé 35:27.) La enterraron en la cueva familiar de Macpelá, con Avrahán y Sarah, en el mismo lugar donde más tarde serían enterrados también Yitsjaq, Leah y Yaaqov. (Gé 49:29-31; 50:13.)

 

 

 

El capítulo 24 de Génesis muestra que Rivkah tenía todas las cualidades deseables en una esposa: Amable, hospitalaria, modesta, industriosa, sumisa, y consoladora.

 

 

 

Rajel

 

 

 

Su nombre posiblemente signifique “oveja”. Fue hija de Labán, hermana menor de Leah y prima hermana de Yaaqov, de quien llegó a ser la mujer preferida. (Gé 29:10, 16, 30.) Yaaqov viajó a Jarán, Padán-Aram, la “tierra de los orientales”, cuando huía de la persecución de su hermano Esav. (Gé 28:5; 29:1.) Rajel, una muchacha “de hermosa figura y de hermosa apariencia”, trabajaba de pastora para su padre y se encontró con Yaaqov en un pozo cercano a Jarán. Yaaqov fue recibido en la casa de su tío Labán; 1 mes más tarde concordó en servirle durante 7 años para poder casarse con Rajel, de la que se había enamorado. Durante aquellos 7 años su amor no se debilitó, por lo que para él “resultaron como unos cuantos días”. Sin embargo, la noche de la boda su tío no le entregó a Rajel, sino a su hermana mayor, Leah, quien debió cooperar en el engaño. A la mañana siguiente, Yaaqov le acusó de haberle embaucado, pero Labán se amparó en la costumbre local para excusar su conducta. Yaaqov concordó en celebrar plenamente la semana de matrimonio con Leah antes de recibir a Rajel y en trabajar después otros 7 años para Labán. (Gé 29:4-28.)

 

Rajel no decepcionó a Yaaqov como mujer, y este le mostró más amor que a Leah. YHVH entonces compensó a Leah bendiciéndola con 4 hijos, mientras que Rajel permaneció estéril. (Gé 29:29-35.) Rajel sentía celos de su hermana y desesperación por su esterilidad, que en aquel entonces se consideraba un gran oprobio para una mujer. Su impaciencia quejumbrosa llegó a exasperar hasta a su amoroso hombre. A fin de compensar su esterilidad, dio su sirvienta a Yaaqov para tener prole de ella (como Sarah había hecho anteriomente con su esclava Agar); los 2 hijos que Yaaqov tuvo con ella fueron considerados hijos de Rajel. Leah y su sierva dieron a luz un total de 4 hijos más antes de que Rajel finalmente viera realizada su esperanza y diera a luz su primer hijo propio, Yosef. (Gé 30:1-24.)

 

En ese momento Yaaqov ya estaba listo para partir de Jarán, pero su suegro lo persuadió para que se quedase más tiempo, por lo que se marchó 6 años más tarde por orden divina. Debido a la falta de palabra del brujo Labán, Yaaqov no le avisó de su marcha, algo en lo que tanto Leah como Rajel concordaron con su esposo. Antes de marchar, Rajel robó los “terafim” de su padre, que al parecer eran un tipo de imágenes hogareñas idolátricas. Cuando Labán los alcanzó y les hizo saber del robo (al parecer su mayor preocupación), Yaaqov, que ignoraba que había sido Rajel, mostró que desaprobaba aquel acto al decretar la muerte del ladrón en caso de que se hallara entre su séquito. La búsqueda llevó a Labán hasta la tienda de Rajel, pero ella evitó que la descubrieran al alegar que estaba indispuesta debido a su menstruación y quedarse sentada sobre las alforjas que contenían los terafím (idolillos). (Gé 30:25-30; 31:4-35, 38.)

 

Cuando Yaaqov se reunió con su hermano Esav, mostró que seguía prefiriendo a Rajel al colocarla con su único hijo detrás de todos, pues sin duda consideraba que esta era la posición más segura en caso de que atacara Esav. (Gé 33:1-3, 7.) Después de vivir un tiempo en Sucot, luego en Siqem y por último en Bet-‘El, Yaaqov se dirigió más al sur. En el camino de Bet-`El a Bet-Lejem, Rajel dio a luz a su 2º hijo, Binyamín, pero falleció durante el parto y fue sepultada allí. Yaaqov erigió una columna conmemorativa para señalar la sepultura. (Gé 33:17, 18; 35:1, 16-20.)

 

Los pocos detalles que se registran no pueden proporcionar más que un cuadro incompleto de la personalidad de Rajel. Se sabe que era adoradora de YHVH (Gé 30:22-24), pero tuvo fallos humanos. El que robase los terafím y su astucia para evitar que la descubrieran posiblemente puede atribuirse, al menos en parte, a sus antecedentes familiares. A pesar de sus debilidades, Yaaqov la amó muchísimo, y aun en la vejez la consideró su verdadera esposa y estimó a los hijos de ella más que a todos los demás. (Gé 44:20, 27-29.) Las palabras que le dirigió a Yosef en su lecho de muerte, aunque sencillas, transmiten el afecto tan profundo que sentía por ella. (Gé 48:1-7.) Se dice de Rajel y Leah que son las que “edificaron la casa de Israel [Yaaqov]” por eso les llamamos “Matriarcas”. (Rut 4:11.)

 

Los descubrimientos arqueológicos arrojan luz sobre la razón por la que Rajel se apropió de los terafím de su padre. (Gé 31:19.) Las tablillas cuneiformes halladas en Nuzi (Nuzu), al norte de Mesopotamia, que datan, según se cree, de mediados del II milenio a.C., muestran que algunos pueblos antiguos consideraban que la posesión de los idolillos hogareños (el “título legal”) convertía a una persona en heredera legítima de los bienes familiares. (La Sabiduría del Antiguo Oriente, edición de J. B. Pritchard, 1966, págs. 196, 197.) Se cree que Rajel pudo pensar que Yaaqov tenía derecho a participar de la herencia de Labán como hijo adoptivo, y, por lo tanto, se quedó con los terafím para asegurar la herencia o anticiparse a los demás hijos de Labán. O puede ser que pensase que la posesión de estos era un medio de impedir que su padre reclamara legalmente parte de la riqueza que Yaaqov había adquirido trabajando para él. (Cf. Gé 30:43; 31:1, 2, 14-16.) Estas posibilidades, por supuesto, dependen de que existiera tal costumbre entre el pueblo de Labán y de que los terafím fueran las deidades domésticas.

 

El sepulcro de Rajel “en el territorio de Binyamín, en Zelzah”, aún se conocía en tiempos de Shemuel, unos 6 siglos después. (1Sam 10:2.) La ubicación tradicional del sepulcro se encuentra a 1,5 Km. al norte de Bet-Lejem. Sin embargo, de ser así, estaría situado en el territorio de Yehudah, no de Binyamín. Por ello otros creen que estaba más al norte,  pero en la actualidad es imposible precisarlo.

 

¿Por qué dice la Biblia, siglos después de la muerte de Rajel, que esta lloraría a sus hijos en el futuro?

 

En Jeremías 31:15 se dice que Rajel llora a sus hijos que han sido llevados a la tierra del enemigo y que su lamento se oye en Ramáh (al norte de Yerushaláyim, en el territorio de Binyamín). Como en el contexto se menciona varias veces a Efrayim, cuyos descendientes tribales a menudo representan como colectivo el reino septentrional de Israel (Jer 31:6, 9, 18, 20), algunos eruditos creen que esta profecía está relacionada con la ocasión en que los asirios llevaron al exilio a los habitantes del reino septentrional. (2Re 17:1-6; 18:9-11.) Por otro lado, pudiera referirse al exilio final de todo el pueblo, tanto Israel como Yehudah (estos últimos a Bavel). En el 1er. caso, la figura de Rajel sería muy apropiada, pues era la antepasada materna de Efrayim (mediante Yosef), la tribu más importante del reino septentrional. En el 2º caso, como Rajel no solo fue la madre de Yosef, sino también de Binyamín, cuya tribu formó parte del reino meridional de Yehudah, sería un símbolo apropiado de las madres de todo Israel. Parecería que habían tenido hijos en vano. Sin embargo, la promesa consoladora de YHVH era que los exiliados volverían “en verdad de la tierra del enemigo”. (Jer 31:16.)

 

Mateo citó este texto en relación con la matanza de niños pequeños ocurrida en Bet-Lejem por orden de Herodes el Grande. (Mt 2:16-18.) Puesto que la sepultura de Rajel estaba relativamente cerca de Bet-Lejem (aunque parece ser que no en el lugar tradicional), esta metáfora de Rajel llorando por sus hijos era muy apropiada para expresar el dolor que sentían las madres de inocentes asesinados. Pero esta cita de la profecía de Yirmiyahu aún era más apropiada en vista de los paralelos existentes. Los israelitas estaban sometidos a una potencia extranjera. Sus hijos habían vuelto a ser arrebatados. Esta vez, sin embargo, la “tierra del enemigo” a la que habían llevado a los niños no era una región política, como en el caso anterior, sino la sepultura, dominio del ‘rey Muerte’. (Cf. Sal 49:14; Apo 6:8.) A la muerte se le llama “el último enemigo” que tiene que ser destruido (Ro 5:14, 21; 1Co 15:26); por consiguiente, todo retorno de ese “destierro” tendría que significar una resurrección de entre los muertos.

 

Entre las cualidades positivas que destacamos de esta matriarca son: Liderazgo, cuidadosa, bondadosa, de gran belleza, compasiva, justa, trabajadora y moderada.

 

 

 

Leah

 

Su nombre posiblemente esté relacionado  con una palabra acadia que significa: “vaca”, o bien con un término árabe que significa: “vaca salvaje”.

 

Hija mayor de Labán, el sobrino nieto de Avrahán. Como Labán era hermano de Rivkah, la madre de Yaaqov, este último y Leah eran primos. (Gé 22:20-23; 24:24, 29; 29:16.) Leah no era tan hermosa como su hermana más joven, Rajel; se destaca especialmente que sus ojos no tenían brillo, es decir, carecían de vida. (Gé 29:17.) En el caso de las mujeres orientales, los ojos brillantes se consideran un atributo especial de belleza. (Compárese con Can 1:15; 4:9; 7:4.)

 

Leah llegó a ser la 1ª mujer de Yaaqov, pues Labán le engañó cuando por la noche se la dio como esposa en lugar de Rajel, que era, en realidad, a quien Yaaqov amaba. Este protestó porque se le había embaucado, pero Labán arguyó que no era la costumbre dar a la menor en matrimonio antes que a la primogénita. Es probable que Leah llevase un velo, de acuerdo con la antigua costumbre oriental de que la novia fuese con velo, lo que debió contribuir al éxito del ardid. Yaaqov había servido 7 años pensando en Rajel; sin embargo, en pago por este trabajo recibió a Leah. Más tarde, se le concedió a Rajel —una vez que hubo permanecido una semana con Leah—; no obstante, tuvo que trabajar 7 años más para pagar por ella. (Gé 29:18-28.)

 

El relato dice que Leah era “odiada” (Gé 29:31, 33), pero también muestra que, tras conseguir finalmente a Rajel, Yaaqov “expresó más amor a Rajel que a Leah”. (Gé 29:30.) Sin duda Yaaqov no le tenía odio malicioso a Leah, sino que amaba más a Rajel, su mujer favorita. Él siguió cuidando de Leah y cumplió con el débito conyugal. Por consiguiente, Yaaqov ‘odiaba’ a Leah en el sentido de que la amaba menos que a Rajel.

 

Leah fue madre de 7 de los hijos de Yaaqov, 6 varones —Reuvén, Simón, Leví, Yehudah, Yisajar y Zebulón— y una hembra llamada Dinah. (Gé 29:32-35; 30:16-21.) Por consiguiente, en Rut 4:11 se menciona a Leah junto con Rajel entre las que “edificaron la casa de Israel”. Leah tuvo el honor de ser la madre de Leví, el fundador de la tribu sacerdotal de Israel, y de Yehudah, el padre de la tribu real de la nación.

 

Leah y sus hijos acompañaron a Yaaqov cuando este dejó Padán-Aram y volvió a Keennán, la tierra de su nacimiento. Gé 31:11-18.) Antes de encontrarse en el camino con Esav, Yaaqov repartió los hijos a Leah, a Rajel y a sus siervas como medida de protección. En ler. lugar, puso a las siervas y a sus hijos; después, a Leah y a los suyos, y detrás de todos, a Rajel y a Yosef. (Gé 33:1-7.) Los hijos de Leah acompañaron a Yaaqov a Egipto, pero el relato bíblico no dice que ella lo hiciese. (Gé 46:15.) No se especifica cuándo, dónde y en qué circunstancias murió Leah; tal vez muriese en Kenaán. Sea cual fuere el caso, el patriarca hizo llevar su cuerpo al lugar de sepultura de la familia: la cueva del campo de Macpelá. Las instrucciones de Yaaqov con respecto a sus propios restos muestran que su deseo era que le enterrasen en el mismo lugar donde se había dado sepultura a Avrahán y a Sarah, a Yitsjaq y a Rivkah, y a Leah. (Gé 49:29-32.)

 

Entre las cualidades destacables de Leah están:

 

Perseverante, atenta, leal, alabadora de YHVH, fuerza, fe, mansedumbre, vida de oración, cuidadosa, piadosa, belleza interior, coraje, confianza en Elohím, sencillez.

 

 

 

Bilhah y Zilpah

 

Cuando Rajel vio que no estaba teniendo hijos, se entristeció y por eso le entregó a Yaaqov su sierva Bilhah a fin de que se acostara con ella, y Bilhah tuvo 2 hijos de Yaaqov, llamados Dan y Neftalí. Entonces Leah también entregó a Yaaqov a su sierva Zilpah, y Zilpah le dio a luz a Gad y Aser.

 

Hubo un incidente desagradable en la vida de Yaaqov y fue con su primogénito Reuven:

 

El hijo mayor de Yaaqov, Reuvén, violó sexualmente a la concubina de su padre, Bilhah la sirvienta de Rajel. (Génesis 35:22) Esto descalificó a Reuvén de disfrutar del derecho de primogénito de su padre Yaaqov y también de que el Mesías real viniera a través de su linaje. Esto ciertamente no fue planeado por YHVH Elohím, porque Él no tiene parte en un incesto como ése. (Ver Génesis 49:1-4.)

 

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