LOS ESENIOS

 

 

05-02-2024

 

 

Fueron una secta judía que surgió en el siglo II a. C. y estableció la comunidad de Qumrán. Se enfocaban en la pureza ritual, copiaban libros de las escrituras judías y escribían comentarios sobre los libros de los profetas. Creían que la historia estaba predestinada y su teología apocalíptica daba lugar a una visión del mundo polarizada entre el bien y el mal.

 

Orígenes

 

La rebelión macabea de los judíos del año 167 a. C. expulsó a los ocupantes griegos y estableció un reino independiente de Israel. La familia de los Asmoneos (que lideró la rebelión) combinó el cargo de rey con el de sumo sacerdote en el Templo de Jerusalén. No todos estaban contentos con el gobierno asmoneo. Los reyes en Israel debían ser de la tribu de David, Judá, y el sumo sacerdote debía descender de Sadoc, el primer sumo sacerdote en el reinado de Salomón; los asmoneos no podían reclamar ninguno de los 2 linajes.

 

 

Este es el período en el que encontramos pruebas de lo que los expertos denominan sectarismo judío. Varios grupos de judíos formaron sectas dentro del conjunto religioso. Todos estaban de acuerdo en los fundamentos de la Torá o Ley de Mosheh y los libros de los profetas. La diferencia predominante era la capacidad de vivir en esta cultura griega, ahora cosmopolita, y aun así conservar los rasgos de identidad y las tradiciones únicas de los judíos. El grupo conocido como los esenios era uno de los más opuestos al gobierno asmoneo, así como al funcionamiento del Templo en ese periodo.

 

 

El nombre «esenio» sigue siendo un debate problemático entre los estudiosos; la palabra en sí no aparece en los manuscritos esenios, sino solo en los escritos externos al grupo. Aquí encontramos «essaios», sin explicación, pero puede indicar «santidad» o «cumplidores de la Torá (la Ley de Moisés explicada en el Pentateuco o 5 libros)».

 

 

La vida en comunidad

 

 

Vivían reunidos en iglesias separadas, pero unidas todas por un lazo común; se entregaban a profesiones mecánicas y sus bienes eran comunes. 

 

 

Se dividían en 4 clases y cuando viajaban se albergaban en los diferentes asilos de la Sociedad, y tenían ciertos signos, toques y palabras para poderse conocer entre sí. 

 

 

Si un profano pedía la iniciación, no era admitido sino después de 3 años de pruebas; y si salía de ellas triunfante, juraba servir al Elohím fielmente, ser justo con sus semejantes, buscar la verdad, amarla y defenderla y perder antes la vida que revelar a ningún profano los secretos de la Sociedad; después de esto se entregaba al neófito un martillo y un mandil blanco y era, desde entonces, considerado como un miembro de la Iglesia (Kehilá) Esenia.

 

 

En algunas de sus habitaciones no permitían la entrada a nadie más que a los individuos de la Sociedad. Un día a la semana todos los individuos de cada Congregación se reunían para escuchar las órdenes o instrucciones de sus jefes, y se sentaban por orden de antigüedad, teniendo la mano derecha colocada sobre el pecho, algo más abajo de la barba, la izquierda más abajo, a lo largo del costado. Tenían prohibido servirse de esclavos, como cosa opuesta a las leyes de la naturaleza.

 

 

Esta asociación estuvo muy extendida por Judea y Egipto y se cree que provenía de otra más antigua, denominada de los Hasideanos. Los Esenios, fue el nombre de una Sociedad hebraica formada entre las montañas para ponerse al abrigo de las persecuciones de los sirios cuando invadieron la Judea.

 

Después de la destrucción del Templo se retiraron en lo más intrincado de los montes, en donde conservaron las doctrinas de la iniciación, con toda su pureza. Más adelante, cuando bajaron de las montañas y a medida que fueron estableciéndose en las ciudades, propagaron y pusieron en práctica sus doctrinas que consistían en permanecer fieles al menor compromiso, no jurar jamás, porque conceptuaban inútil el hacerlo; no dañar a nadie; huir de los embusteros; ayudar a las gentes de bien; comunicar fielmente y sin consentir al menor alteración, y no revelarlos a ningún extraño, aunque para ello se vieran amenazado o contraídos por la fuerza.

 

 

Enseñaban y practicaban el amor del Elohím, el de la virtud y el de la humanidad. Según el historiador Josefo, esta sociedad se derivaba de una agregación anterior, que fue conocida con el nombre de Sociedad de los Hasideos (Hasidím), que existía en los tiempos de la construcción del Templo de Salomón, cuyo adorno y conservación les estaba confiada.

 

 

Se dividían en corporaciones independientes y separadas, de las que eran excluidas sus mujeres. Dedicados al ejercicio de todas las profesiones útiles a la sociedad, depositaban, en común, los beneficios que obtenían con su trabajo.

 

 

Josefo refiere que después de terminar su trabajo, se reunían y ponían los mandiles de tela de lino, hacían una ablución con agua fría, y se dirigían hacia un departamento, en el que únicamente era permitida la entrada, a los iniciados, y situándose alrededor de una mesa, después de una oración, comenzaban la comida, en medio del silencio más absoluto.

 

 

AI acabar, se quitaban el mandil, que consideraban sagrado, y volvían a emprender su trabajo hasta el momento en que, otra vez, se volvían a reunir para cenar, guardando las mismas formas que se observaban en la comida. Cuando un profano pedía ser admitido, dice, le exigían que sufriera un año de noviciado, durante el cual estaba sujeto a todas las reglas que seguían los demás individuos, si bien quedaba fuera de las habitaciones se le daba un martillo o hachuela y se le revestía con un traje blanco y con el mandil que ya se ha mencionado.

 

 

Si durante el noviciado, el candidato demostraba aptitud para el caso, se le permitía participar de las abluciones sagradas, pero aún no podía ser admitido en la asociación, era preciso que sufriera otros 2 años de prueba, durante las cuales, seguros ya de su templanza, procedían al examen de su espíritu y de sus sentimientos, y si salía victorioso era iniciado y recibido como miembro de la sociedad. Pero, a pesar de esto, antes de tomar asiento en la mesa común, tenía que hacer votos solemnes y prestar juramento, comprometiéndose a servir al Elohím Eterno religiosamente, ser justo con todos los hombres, guardar inviolablemente sus promesas, amar la verdad y defenderla y no revelar jamás, los secretos que le eran confiados, a ningún profano, aun cuando fuera amenazado con la propia muerte.

 

 

Los templos en donde vivían en comunidad separados de los profanos, se llamaban semnee o monasterios. Se dividían en 4 clases y se reconocían entre sí por medio de signos particulares. Sus dogmas, tomados en gran parte de los misterios egipcios, estaban velados por emblemas y palabras que los hacían impenetrables a los profanos, y aunque en su inmensa mayoría eran judíos, admitían, sin embargo, a los hombres de todas las religiones. Esta asociación llegó a tomar tal incremento, que, según asegura Filón, se difundió por todo el mundo. Conforme refiere el citado autor, los esenianos establecidos en Egipto, se distinguían de la sociedad madre, por el sobrenombre de therapeutas o contemplativos; admitían a las mujeres y llevaban una vida solitaria y llena de privaciones. Estudiaban las Sagradas Escrituras, a su manera, como filósofos y las explicaban alegóricamente.

 

 

El 7º día de cada semana (Shabbat), todos los afiliados ocupaban el puesto que les correspondía en la asociación, por orden de rigurosa antigüedad y se sientan teniendo la mano derecha sobre el pecho, un poco más abajo de la barba, y la izquierda más abajo, a lo largo del costado. En esta disposición, escuchaban atentamente un discurso que con voz grave y sentenciosa pronunciaba el encargado, entre ellos, de dar la instrucción. "Lo que les dice es razonado y sabio, sin ostentación de elocuencia, consistiendo en argumentos y explicaciones, tan sólidas y justas, que exciten y sostengan la atención, dejando siempre impresiones que no se borran fácilmente. Mientras aquel habla, los demás escuchan con silencio y a lo más, dan señales de su aprobación con el movimiento de los ojos o cabeza". Todos han visto como cesa muy notable en aquellos tiempos, que los terapeutas no se servían nunca de esclavos. Esto era debido a la excelencia de sus doctrinas, de las que eran rígidos observantes. Según estas, El Elohím había hecho nacer libres a todos los hombres; reconocer por tanto la condición de esclavo en algún ser racional, hubiera sido ir contra sus leyes. Por esto predicaron el dogma de la redención, que más tarde Yeshúa llegó a hacer triunfar.

 

 

La hermandad de los Esenios ha permanecido oculta al conocimiento profano por lo hermético de su enseñanza, por la elevada misión que les correspondió cumplir y seguramente por no ser mencionados en la Biblia. Ellos en cierto sentido prepararon el terreno para que luego la semilla del Reino que predicó Yeshúa cayera en tierra fértil.

 

 

El conocimiento oculto no ignoró a los Esenios, a diferencia del mundo religioso, filosófico y científico, a pesar que en el siglo I eran conocidos. Fue necesario el "accidental" hallazgo hecho en el interior de una gruta, en el año 1947, por un joven beduino, Mohamed el lobo, quien encontró las jarras de greda con rollos de lino recubierto de alquitrán o cera con escritos en pergamino y láminas de cobre de más de 2.000 años de antigüedad para que los esenios fueran nombrados en el mundo moderno.

 

 

Se remonta el misterioso origen de la comunidad esenia al tiempo de los Macabeos, unos 150 años antes del nacimiento de Yeshúa de Nazaret. Ellos se encargaron de neutralizar, con la Fuerza de sus pensamientos y Poder vibratorio, las bajas vibraciones del entorno en el área donde habría de "nacer" el Mesías.

 

 

Tres escritores del siglo I D. C. los mencionan: Plinio dice: "Los esenios habitan en la costa occidental del Mar Muerto. Son gente solitaria y muy superior al resto de la humanidad. Carecen de dinero y las palmeras son su única compañía. Se renuevan de continuo merced a la incesante corriente de refugiados que acuden a ellos en gran número, hombres hastiados de la existencia a quienes las vicisitudes de la fortuna impulsaron a adoptar tal género de vida". Así un pueblo se ha perpetuado, por increíble que parezca, en un lugar donde nadie ha nacido. Muy útil para acrecentar su número es el disgusto de otros hombres por la vida.

 

 

Filón inspirado en los esenios ilustró la tesis de su Tratado para probar que todo hombre bueno es también libre. Señala de esta comunidad: "Hay 4.000 esenios residiendo en muchas poblaciones de Judea. Evitan las ciudades y prefieren vivir en los pueblos. Tienen todos sus bienes en común y un administrador hace las compras y maneja el dinero. Cultivan la tierra y se dedican a oficios pacíficos, son granjeros, pastores, vaquerizos, agricultores, artesanos y artífices. No deben fabricar instrumentos de guerra ni ocuparse del comercio. Entre ellos no hay esclavos ni señores por estar convencidos de que la fraternidad humana es la relación natural de los hombres. Poseen el don de la predicción del futuro, son extremadamente limpios y visten siempre de blanco. No dan importancia al tiempo ni lo usan como excusa para no trabajar. Vuelven gozosos de sus tareas, como quien regresa de un concurso atlético. Los esenios se han reunido a causa de su celo por la virtud y la pasión de su amor a la humanidad".

 

 

Josefo escribe: "Constituyen de hecho una hermandad que tiene algo de común con los pitagóricos. Identifican el placer con el vicio, se ejercitan en la temperancia y la autodisciplina. Los esenios renuncian también a la riqueza, comen solo los alimentos necesarios. Usan las ropas y el calzado sin lujos. La mayor parte de ellos viven más de 100 años y leen los escritos de los antiguos. Su silencio da la impresión de un tremendo misterio. Sostienen que el cuerpo es cosa corruptible pero el alma es imperecedera. El espíritu emana del más puro éter, un hechizo natural lo arrastra hacia abajo y queda atrapado en la prisión del cuerpo; pero, una vez puesto en libertad por la muerte, se alegra y es llevado a lo alto. Triunfan sobre el dolor gracias a una voluntad resuelta. La guerra con los romanos probó sus almas de cuantas maneras era posible: Estirados en el potro, retorcidos, destrozados, quemados, sometidos a todos los instrumentos de tortura para blasfemar de su Legislador o comer alimentos prohibidos, no consienten en tales demandas y ni una sola vez adularon a sus perseguidores ni derramaron lágrimas. Sonriendo en la agonía y perdonando a los torturadores, exhalaron el alma con júbilo, pues confían que la recibirán nuevamente. Cualquier palabra de ellos tiene más fuerza que un juramento no causan daño a nadie ni por propia determinación ni bajo órdenes; en el caso de obtener autoridad jamás abusará de ella; será un amante de la verdad; mantendrá sus manos alejadas del robo y su alma pura de toda ganancia pecaminosa; no ocultará nada a los miembros de la comunidad y tampoco descubrirá ninguno de sus secretos a los extraños, aun cuando sea torturado hasta la muerte; transmitirá las reglas tal como las recibió y preservará con cuidado los libros grupales".

 

 

La comunidad esenia vivía como conjuntos de anónimos campesinos. Estudiaban entre otras disciplinas los secretos de las plantas y minerales con sus aplicaciones para beneficio humano, descubriendo sus maravillosos poderes curativos.

 

Eran un grupo rigurosamente iniciático y esotérico, como tal tenían 3 niveles para la Enseñanza, regidos por rigurosas Leyes de silencio jamás violada por un esenio. Las comidas comunitarias eran la primera incorporación del aspirante, en ellas se leían e interpretaban las Sagradas Escrituras en su esencia y no en su forma. El Iniciado esenio recibía el conocimiento de las Sagradas Leyes, comprendía la divinidad del hombre septenario con el alma que permanece en una etérea región entre el espíritu y el cuerpo corruptible y transitorio que la ayuda a crecer. Mediante técnicas y disciplinas lograban transformar el conocimiento recibido en sabiduría, esa sabiduría que desde lo interno brota con su luz hacia afuera.

 

 

Ser esenio significaba ser un ejemplo de moralidad, pues en forma natural aprendían a controlar toda pasión, deseo y cólera. No apetecía las cosas temporales, sin egoísmo servía a los demás desarrollando sus valores espirituales.

 

 

No se regían por rituales externos. Es posible que Yojanán el Bautizador y Yeshúa de Netzrat estuviese entre los esenios y predicara las enseñanzas del Padre entre ellos. En su círculo interno aprendió el dominio de los sentidos y el desapego a lo externo, desarrollando su elevado nivel de Conciencia suprahumana en la materia. Algunos escritores dicen que Yeshúa venció todas las limitaciones del plano temporal y recibió la 4ª Iniciación, la más grande jamás dada ni recibida en la Tierra. Saben los Iniciados esenios entonces que su misión ha dado el fruto deseado, el Mesías inicia su misión.

 

 

Queda liberado Yeshúa de todo lo que lo unía a los esenios. Ellos no deberán intervenir, de ahora en adelante Él deberá continuar solo como el Mesías que es. Solo Él podrá en Sí mismo saber lo que el Padre le encomendó. Yeshúa llegará a ser el Mesías o la energía del Padre dimanada por Yeshúa a los hombres. En el desierto le son ofrecidas todas las riquezas materiales y los poderes para ser en la Tierra como hombre el rey de reyes, ese rey que el pueblo judío esperaba para la liberación. Rechaza la tentación y acepta la misión. Cumplida su misión, los esenios, a los 50 años de haber desencarnado Yeshúa se dispersaron por la faz de la tierra.

 

 

Uno de los escrito esenio más importante es el Evangelio de los 12 Santos, redescubierto en 1888 y traducido del arameo por el Rev. Gideon Jasper Ouseley, en él se dice:

 

 

"Y las aves se reunieron alrededor de Yeshúa y le dieron la bienvenida con su canción y otras criaturas vivas se pusieron a sus pies y él los alimentó y ellos comieron de sus manos. Les dice Yeshúa: Estas criaturas son tus compañeras en la gran casa del Elohím, si son tus hermanos y hermanas, tienen el mismo respiro de vida en la Eternidad. Y quien cuide a al menos una de estas, y les dé de comer y beber, lo mismo está haciendo conmigo".

 

 

¡El amor por los animales se hace patente en las palabras del Mesías!

 

 

En el Manual de Disciplina esenio III, 13 - IV, 26 se lee: El origen de la Verdad está en el Lago de la Luz y el de la perversidad se encuentra en la Fuente de Oscuridad, todo aquel que practique Justicia está bajo el dominio del Príncipe de Luz y camina por el camino de la luz; todo aquel que practica perversidad está bajo dominio del Ángel de Tinieblas y camina en el camino oscuro.

 

 

 

 

 

Fuentes históricas

 

Las principales fuentes acerca de los esenios provienen del filósofo judío Filón de Alejandría (20 a. C. - 50 d. C.), del militar romano Plinio el Viejo (23-79 d. C.) en su Historia Natural, y del historiador judío Flavio Josefo (36-100 d. C.). Los esenios son descritos como una comunidad separada al norte del oasis de En-Gedi, a orillas del Mar Muerto (Qumrán). Todos los escritores afirman que estos esenios eran célibes.

 

Otra fuente, ya mencionada, para el estudio de los esenios son La Guerra de los Judíos (75 d. C.) y Antigüedades Judías (94 d. C.) de Josefo. En estas obras, Josefo describió las diversas sectas judías como «filosofías de los judíos». A partir de los detalles de Josefo, podemos resumir lo siguiente con respecto a los esenios:

 

1.  Alrededor del año 150 a. C., un «maestro justo» sin nombre, en oposición a los Asmoneos, llevó a sus seguidores al desierto y estableció una comunidad en Qumrán. En sus documentos, el maestro justo y sus seguidores fueron perseguidos en Yerushaláyim

 

 

 

2.  Los esenios también vivían en pueblos y ciudades, donde sus miembros contraían matrimonio. Había una comunidad en Yerushaláyim; una de las puertas de entrada a la ciudad era conocida como la Puerta de los Esenios en el siglo I.

 

 

 

3.  Los miembros tenían un período de iniciación de 3 años y hacían hincapié en los rituales con agua viva del bautismo, y la restauración de la pureza. En Qumrán, pudieron instalar un número sorprendente de cisternas (mitzvot) y canales de agua en el lecho de roca para estos rituales.

 

 

La mayoría de los miembros de Qumrán se dedicaban a copiar los libros de las escrituras judías y a escribir comentarios sobre los profetas (haftarot) y los libros apócrifos. Los detalles de la vida comunitaria se escribieron en La Regla de la Comunidad y El Documento de Damasco (Pacto de Damasco). Al ingresar, las posesiones personales y la riqueza acumulada se compartían con todos los miembros, según las necesidades. En relación con el concepto de celibato, al igual que «esenios», la palabra equivalente a celibato no aparece en los escritos de Qumrán. El cementerio de Qumrán fue excavado en la década de 1950, donde se descubrieron 43 esqueletos, algunos de los cuales eran mujeres y niños. Sin embargo, la práctica de reutilizar los cementerios significa que algunos de ellos podrían ser también de antiguos beduinos. La excavación de las tumbas restantes se ha detenido en Israel debido a las críticas de los rabinos por la profanación de las tumbas de estos muertos.

La cosmovisión apocalíptica de los esenios

 

La teología de los esenios se describe como apocalíptica, del griego apokalypsis, una «revelación de conocimiento oculto o secreto». Al reflexionar sobre los desastres nacionales (las invasiones extranjeras) de la nación de Israel, los Profetas de Israel habían predicho que El Elohím intervendría en la historia humana una vez más, en los días finales. En ese momento, El Elohím establecería su reino en la tierra. Con los continuos desastres, primero por la ocupación griega y luego por Roma, muchos judíos pidieron al Elohím que cumpliera sus promesas lo más pronto posible.

 

 

La literatura de esta época incluía a videntes que tenían experiencias extracorpóreas en las que eran llevados a recorrer el cielo y en las que se les mostraban los secretos de los últimos días, generalmente por ángeles. Como parte de la teología y la práctica esenia, se separaron de la mayoría de los judíos para esperar la intervención divina final. Aunque replicaban muchas de las enseñanzas de los profetas, los puntos de vista de los esenios eran más radicales en el sentido de que todo se entendía dentro de la polaridad del bien o del mal, lo que se hace evidente en los siguientes aspectos del pensamiento esenio:

 

 

1.  Dualismo cronológico y dualismo ético

 

2.  La convicción de que la historia está predestinada

 

3.  La demonización de las demás personas

 

 

Para los esenios, la historia se dividía entre la actual era malvada y una futura era de perfección. La era en la que vivían se consideraba tan completamente malvada, que solo una intervención violenta por parte del Elohím podría restaurarla. La humanidad se dividía en 2 bandos opuestos: los hijos de las tinieblas y los hijos de la luz (los esenios pertenecían a estos últimos). Dado el estado actual del mal, pensaban que los justos debían apartarse y evitar la interacción con todos los infieles.

 

 

Los esenios creían que, por muy bien intencionados que fueran, los esfuerzos humanos no podrían evitar el desastre que se avecinaba ni influir en El Elohím para que cambiara de opinión. No había tiempo para el arrepentimiento; el destino de una persona ya estaba determinado. También desarrollaron un proceso conocido como la demonización de todas las personas que no estaban de acuerdo con los esenios. Su literatura contiene algunas de las primeras polémicas, al afirmar que el resto de la humanidad (incluyendo otros judíos) se encuentra bajo la influencia de agentes del adversario.

 

 

La literatura apocalíptica era la forma de articular la crítica social y política. La crítica a los gobiernos existentes equivalía a la traición. Por lo tanto, los escritos apocalípticos utilizaban alegorías y símbolos, pero muchas personas y sus comunidades tenían la clave para comprenderlos. Por eso no se nombra a los gobernantes y sumos sacerdotes contemporáneos en los documentos. También da a tales escritos una libertad interpretativa ilimitada, de modo que pueden aplicarse a cualquier época.

 

 

Los esenios pudieron mantener sus visiones apocalípticas y su estilo de vida hasta la Gran Revuelta Judía del 66 d. C. Algunos participaron en la guerra contra Roma, quizá viendo esto como la batalla final. Juan el Esenio figura como general en Galilea y algunos pueden haber estado entre los zelotes en la resistencia final en Masada. Una legión del ejército romano masacró a la comunidad de Qumrán en el año 68 d. C.

 

 

 

 

Los Manuscritos del Mar Muerto

Son los escritos recopilados que fueron descubiertos en las cuevas cercanas a la comunidad esenia de Qumrán en 1946 por un pastor árabe que llevó varios de los manuscritos a un anticuario del mercado negro de Belén. Cuando los fragmentos y pergaminos salieron al mercado, se distribuyeron a un equipo internacional de expertos para su traducción y conservación. Incluyen 225 textos bíblicos, copias de textos apocalípticos más antiguos, sus propias visiones apocalípticas, manuales, comentarios, himnos, oraciones y maldiciones. Los manuscritos están etiquetados según el número de la cueva en la que se encontraron (4Q, 11Q, etc.). La datación por carbono y la paleográfica, junto con las monedas, indican que provienen de un periodo de tiempo de aproximadamente entre el 135 a. C. al 68 d. C.

 

 

Al principio, la emoción del descubrimiento de los pergaminos anticipó cualquier información sobre Yeshúa o las comunidades nazarenas primitivas. No han sobrevivido escritos contemporáneos de la época de Yeshúa.

 

Yeshúa de Nazaret fue también un profeta apocalíptico, y los pergaminos confirman que ideas similares eran comunes en el siglo I d. C. Sin embargo, el descubrimiento más importante está en la transmisión de los libros bíblicos. Antes del descubrimiento de los Manuscritos del Mar Muerto, las copias más antiguas de las Escrituras hebreas eran los textos masoréticos del siglo X d. C. Ahora tenemos manuscritos mil años más antiguos, que confirman la cuidadosa transmisión textual de este material a lo largo del tiempo. En otras palabras, lo que leemos ahora en las escrituras judías son copias fiables de los documentos originales.

 

 

En 1953, los pergaminos se depositaron en el Museo Rockefeller de Jerusalén Este, entonces bajo la autoridad de Jordania. La financiación limitada y las prácticas de restauración primitivas contribuyeron al deterioro de algunos de los pergaminos. Al mismo tiempo, muchos de los documentos asignados a los expertos internacionales aún no se habían publicado. En su defensa, muchos de los fragmentos estaban en mal estado; los fragmentos de la Cueva 11 (que suman 15 000) tuvieron que ser primero rearmados como un rompecabezas.

 

 

En 1991, gracias a los esfuerzos de Herschel Shanks, editor de Biblical Archaeology Review, así como de muchos otros expertos, la Autoridad de Antigüedades de Israel se hizo cargo de la posesión y autoridad sobre los pergaminos, que ahora se conservan en un museo especial, el Santuario del Libro de Jerusalén. Todos los pergaminos y fragmentos existentes están ahora disponibles en libros y en internet.

 

Muchos afirman que los Esenios copiaron estos Manuscritos dado que existía un escriptorium en el asentamiento monástico de Qumrán, sin embargo, se sabe que la mayoría de los rollos procedían de Jerusalén. No fueron los esenios, sino los judíos o judíos nazarenos quienes, al huir de los ejércitos romanos entre el 66 y 70 E.C., “llevaron los bultos o sacos llenos de manuscritos de la capital a las cuevas del desierto para esconderlos”.

 

 

 

 

Visón Mesianística de los Esenios

 

Los esenios esperaban la visitación del Mesías (o el fin de los tiempos), no obstante, cuando Yeshúa ha-Mashiaj el Nazareno llega en escena, los esenios no fueron capaces de captar el drama de salvación que se estaba manifestando. Tenían una esperanza, pero aun no tenían el conocimiento adecuado para actuar. Aparentemente los profetas habían cesado, y, a causa de las guerras, y la vida que vivían los judíos, su pensamiento era que el fin estaba próximo a llegar. Lo único que restaba era separarse de todos, preparar aldeas en los desiertos y guardarse de la contaminación del mundo. Pero, como se hizo mención anteriormente, ¡el Mesías entró en escena! Interrumpió la historia para brindar esperanza al mundo (kosmos).

 

 

Los esenios al ser poseedores “de la verdad” debían de actuar al favor del pueblo, pero, una vez más, su extremismo religioso los cohibió de una vida práctica que beneficiara a su pueblo. Si no hubiera sido por Yeshúa y su proclamación del reino del Elohím con poder y respaldo del Padre; Israel, el hombre y el mundo, no hubieran experimentado el verdadero mensaje escatológico que trae esperanza al afligido y menesteroso. Luego del ministerio de Yeshúa, su crucifixión, resurrección y ascensión, los esenios fueron perdiendo fuerza como movimiento. Aunque nunca fueron mencionados por Pablo o algún escritor neotestamentario, algunos creen que la iglesia-hogar nazarena de los primeros siglos adapto cierta influencia de ellos.

 

 

En la actualidad un sector de la iglesia cristiana imita una actitud similar a la de los esenios. Profesan ser el grupo divino selecto o la verdadera iglesia de Jesucristo, dejando a un lado la unidad del Espíritu Santo, obviando que hay una iglesia-hogar universal del Señor; profesan santidad, pero sin una vida que refleje amor hacía el prójimo y el necesitado. En otros casos se ve como la iglesia cristiana a perdido el Norte, cuando el centro de su mensaje es uno apocalíptico que sólo brinda esperanza para ellos, pero no para la humanidad; donde el foco principal es escapar de un juicio y no el de ver actuar a Yeshúa ha-Mashiaj como el Redentor del cosmos (véase Rm 8:17-27). Por último, mencionar que los esenios no aparecieron en la escena mesiánica. Sería triste que el día que Yeshúa venga por su iglesia-hogar, aquellos que viven como los esenios, separados del mundo y en una aparente santidad no sean testigos de ese momento escatológico.

 

 

Para concluir, aunque este modelo de esenios modernos este en nuestro entorno, nos parece imperativo que la Iglesia-hogar Nazarena del Amor imite solo el modelo del Maestro Yeshúa. Sí, se aproximan tiempos apocalípticos, pero, nuestra esperanza está solo en Yeshúa ha-Mashiaj. Nuestra escatología bíblica es segura. La misión es proclamar y vivir el Evangelio del Reino con el respaldo del Avivamiento del Espíritu Santo, quien nos otorga dones sobrenaturales para la edificación de hermanos y hermanas unidos. Vivir una vida en santidad para YHVH y perseverar en Mesías hasta el fin.

 

Bibliografía

 

·         Martinez, Florentino Garcia. The Dead Sea Scrolls Translated. Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1996.

 

·         Schiffman, Lawrence H. Reclaiming the Dead Sea Scrolls. Yale University Press, 1995.

 

·         Enciclopedía bíblica: Esenios; Logos Bible Software.

 

·         Roper, A. (2013). Esenios. En A. Roper Berzosa (Ed.), Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia (2a Edición). Viladecavalls, Barcelona: Editorial CLIE, 792.

 

·         Segura Guzmán, O. (2012). Riquezas, templos, apóstoles y superapóstoles: Respondiendo desde una mayordomía cristiana. Viladecavalls, Barcelona: Editorial CLIE, 97.

 

·         También sugieren algunos que la iglesia primitiva pudo haber recibido influencia de los esenios y que quizás ese fue el origen del movimiento monástico cristiano. Aunque existen muchas cosas comunes entre esta secta y la que produjo los Rollos del Mar Muerto, en Qumrán, ambas no deben ser tenidas como iguales. Lockward, A. (1999).

 

·         En Nuevo diccionario de la Biblia. Miami: Editorial Unilit, 364.

 

·         Escritos de Alfredo J. Velázquez

 

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