I.       ANTIGUO TESTAMENTO

 

 

A.       La cremación (el quemar los cuerpos) era uno de las cuatro maneras para hacer cumplir la pena capital en Levíticos (véase Lv. 20:14; 21:9, ejemplos, Génesis 28:24 y Josué 7:15, 25).

 

 

B.       Los amigos de Saúl, reclamaron su cadáver y los de sus tres hijos de los Filisteos y los quemaron antes de enterrar sus huesos en la tierra de Benjamín (véase 1 Samuel 31:12-13, omitido en el paralelo de 1 Crónicas 10:12). Este texto es la única cremación aparentemente positiva en el A.T. (véase La Enciclopedia Judaica, volumen 5, pág. 1074). También puede referirse a quemar especies en el lugar de la tumba (véase 2 Crónicas 16:14; 21:19; Jeremías 34:5).

 

 

C.       El quemar los cuerpos era un símbolo de juicio.

 

 

1.   Hay una instancia donde un profeta de Judá predice la quema de los sacerdotes en Betel sobre su altar de sacrificio (véase 1 Reyes 13:2).

 

2.  En el escatón los invasores extranjeros de Canaán serán quemados y enterrados (ver Ez. 39:11-16)

 

3.  En conexión con una plaga de juicio en Amos 6:10 (es un texto difícil)

 

 

D.      El asunto de la cremación ha sido algunas veces falsamente unido al uso del fuego en el A.T.  como una metáfora para juicio (véase Isaías 30:33). Las metáforas de cremación (por ejemplo, la pira funeraria) son usadas para acentuar la condenación escatológica.

 

 

E.       La cremación era vista como una humillación (ver Amos 2:1)

 

 

F.    El entierro era práctico por todos los países del Antiguo Cercano Oriente (ver a Roland de Vaux Antiguo Israel, volumen 1, pág. 57).

 

 

    II.       GRECIA Y ROMA

 

 

A.       Ambas civilizaciones practicaron la cremación.

 

1.        Grecia regularmente (Sófocles, Electra, 1136-1139)

 

2.     Roma como una opción viable, pero no común (Cícero, Deleg. 2,22,56)

 

B.       Las culturas del Mediterráneo tenían una actitud diferente hacia la cremación que las culturas del Antiguo Cercano Oriente. Tácito menciona que los judíos enterraban, no quemaban (a sus muertos) (Hist. 5.5).

 

 

 III.        JUDAÍSMO RABÍNICO

 

A.   La mayoría de los rabinos antiguos afirmaron que el entierro es ordenado por Deuteronomio 21:23.

 

 

B.     La cremación está prohibida en el Talmud (Sanh. 7:2, 24b) y la Mishna (Abodiah Zarah 1.3).

 

 

C.   El judaísmo moderno permite a los cremados que sean puestos en cementerios judíos (ver Enciclopedia Judaica, volumen 5, pág. 1074), posiblemente influenciados por la cremación de judíos por los nazis.

 

 

 IV.        NUEVO TESTAMENTO

 

 

No existe una discusión o mención de este tema en el NT.  El cuerpo físico es visto como un albergue temporal (véase 2 Corintios 5). Algo del antiguo cuerpo será reunido con el creyente en la Segunda Venida, pero no hay ningún detalle o explicación (véase 1 Tesalonicenses 4:13-18). Esto simplemente no es un asunto de “fe y práctica” para los cristianos. Al igual que los judíos del A.T., los creyentes del N.T. afirman que hay una resurrección corporal. Hay algo físico que sucederá en la escatología, ¡Pero el cómo o el por qué no se especifica! La condición o lugar de los restos físicos no afectan la reunión de los creyentes con Yeshúa. ¡La fe en el Mesías es la llave, no los restos físicos!

 

 

Conclusión:

 

 

 La Sagrada Escritura no habla de manera concreta sobre la cremación o incineración. No especifica si debemos que enterrar o cremar a los fallecidos. Tan solo como vimos menciona que algunos siervos del Altísimo enterraron a sus seres queridos. Por ejemplo, Avrahán hizo un gran esfuerzo para encontrar un lugar donde enterrar a su esposa, Sara (Génesis 23:2-20; 49:29-32).

 

 

 La Biblia explica que algunos siervos del Elohím quemaron los cuerpos. Por ejemplo, cuando el rey Saúl y 3 de sus hijos murieron en una batalla, sus cuerpos quedaron en territorio enemigo y no recibieron la honra debida. Al enterarse de la situación, unos soldados israelitas recuperaron los cuerpos, los quemaron y enterraron los restos (1 Samuel 31:8-13). La Biblia muestra que lo que esos hombres fieles hicieron con los cadáveres fue correcto (2 Samuel 2:4-6).

 

 

Pero no debemos olvidar que aún existen gentes que cree que la cremación deshonra el cuerpo; sin embargo, Las Santas Escrituras indican que  al morir, la persona vuelve al polvo, y eso es lo que le pasa a un difunto cuando se descompone (Génesis 3:19). La cremación, que reduce el cuerpo a cenizas (o polvo), simplemente acelera este proceso.

 

 

Es cierto que se quemaron los cadáveres de algunas personas infieles, como los de Acán y su familia (Josué 7:25). Sin embargo, esa fue una excepción y no la regla (Deuteronomio 21:22, 23). Como ya mencionamos, también se quemaron los cadáveres de algunos siervos fieles de YHVH, como por ejemplo el de Yehonatán, un hijo del rey Shaúl.

 

 

Evidentemente muchos fieles del pasado sufrieron en vida la cremación a manos de la Gran Apostasía o de emperadores romanos. Esto en sí mismo nos enseña que Elohím puede recordar a una persona fiel sin importar que su cadáver haya sido enterrado, cremado, se haya perdido en el mar o lo hayan devorado animales salvajes o sufrido el martirio en las hogueras inquisitoriales (Ver Apocalipsis 20:13). Así, por lo tanto, desde un punto de vista espiritual y eterno, no hay diferencia en absoluto entre ningún método funerario.

 

Algunos se oponen a la cremación debido a un entendimiento erróneo concerniente a la resurrección final de los muertos a la venida del Señor (1 Corintios 15:35-55). Lo cierto es que la preservación del cuerpo físico no tiene relevancia en este tema; “la carne y la sangre no pueden heredar el reino del Elohím, ni la corrupción hereda la incorrupción” (1 Corintios 15:50). La cremación de ninguna manera propone un desafío al poder divino para resucitar a los muertos en el día postrero (1 Tesalonicenses 4:16). Cuando la “trompeta” suene, YHVH mediante el Mesías podrá resucitar con un cuerpo transformado a todos aquellos que han sido aserrados, muertos a filo de espada, quemados, etc. (cf. Hebreos 11:35-37).

 

 

¿Cómo decidir entre la cremación u otros procedimientos y el entierro?

 

 

Para decidir qué hacer con el cuerpo de un fallecido, como nazarenos mesianistas debemos tomar en cuenta los siguientes factores:

 

 

1º Los deseos del difunto cuando estaba en vida. La Biblia menciona algunos casos en los que los familiares respetaron los deseos de una persona sobre qué hacer con su cuerpo después de su muerte (Génesis 50:4, 5; Éxodo 13:19).

 

 

2º Las costumbres locales. Estas suelen determinar lo que se hace con el cuerpo de un fallecido (Juan 19:40). Por ejemplo, en tiempos bíblicos lo habitual era enterrar a los muertos (Génesis 49:31; 1 Samuel 28:3). En la actualidad, se pueden seguir las costumbres locales sobre qué hacer con los cuerpos de los fallecidos siempre que esas costumbres no vayan en contra de los principios bíblicos.

 

 

 2º Las leyes del país. La Biblia nos dice que debemos obedecer a quienes nos gobiernan (Romanos 13:1). En algunos lugares, las autoridades establecen leyes sobre qué hacer con los cadáveres. Por ejemplo, en el caso de la cremación, en algunos países existen limitaciones respecto a dónde arrojar las cenizas (En España es uno de esos países).

 

 

3º Los sentimientos de otras personas, en especial otros familiares que no tiene la misma fe que nosotros. La Biblia nos anima a tener en cuenta los sentimientos de los demás (Filipenses 2:4). Al decidir qué haremos con el cuerpo de un fallecido, preguntémonos: “¿Qué piensan otros familiares sobre la cremación y el entierro? ¿Cómo se ven estas costumbres donde vivimos?”.

 

 

Procedimientos alternativos a la cremación

 

 

Por otra parte es importante ver otros procedimientos alternativos a la Cremación que hoy existen como formas alternativas de entierro. Aunque la más conocida es la cremación, afloran otras más ecológicas como la ACUAMACIÓN, un proceso químico de hidrólisis alcalina que se remonta al siglo XIX.

 

 

A grandes rasgos, este método disuelve el cuerpo, licuando todo excepto los huesos, que luego se secan en un horno, se reducen a polvo y se entregan a los seres queridos.

 

Entre sus ventajas, utiliza un 90% menos de energía que la cremación y no produce químicos contaminantes.

 

 

¿Y si la opción de entierro mejor para el medio ambiente fuese licuar tu cuerpo en agua?

 

 

Los entierros tradicionales son la opción más contaminante a la hora de dejar este mundo: implican árboles talados, líquidos cancerígenos que acaban en el suelo y el agua, millones de toneladas de hormigón y una apabullante huella de carbono.

 

 

Para una mayor información sobre este procedimiento ver:

 

https://www.businessinsider.es/acuamacion-alternativa-ecologica-cremacion-994637

 

 

Esperamos que este pequeño estudio nos ayude a ver el punto apropiado sobre este tema de importancia.

 

 

 

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