KEHILAH

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Origen de la Kehilah

La Kehiláh es una forma hebrea de decir Sinagoga mientras que la palabra hebrea bíblica haq·Qahál es otra forma de decir la Comunidad o Asamblea de creyentes en YeHoVáH haElohím y de Yehoshúa HaMashiaj que se reunían con el fin de crecer en la Fe a través de los estudios bíblicos del Tanakh y el Brit Hadasha, encontrando en ellos toda la enseñanza del Mesías para su vida espiritual, moral y física. 

El término “mesianistas” proviene de la pronunciación hebrea “Meshi·ji·yím” nombre que por vez primera comenzó a ser empleado por lo no creyentes gentiles que entendieron incorrectamente el título Cristo como nombre propio, aplicándolo luego a las primeras comunidades en Antioquia de Siria, tal y como leemos en Hechos 11: 26.:"... y los discípulos fueron llamados Cristianos primeramente en Antioquía." (RV1909, BJ, S.Ausejo,Straubinger, World English Bible, etc.) .


Debemos decir que los escritores de la Biblia se dirigían a sus compañeros de creencia empleando términos como: "los que creían en el Señor", "hermanos" y "discípulos" (Hch 5:14; 6:3; 15:10), "escogidos de Dios" , "amados" y "fieles" (Col 3:12; 1Ti 4:12), "siervos a Dios","siervos de Jesucristo" , "santos en Cristo" (Ro 6:22; Flp 1:1), "santos", "congregación de Dios" y ‘los que invocan al Señor’ (Hch 9:13; 20:28; 1Co 1:2; 2Ti 2:22). Estos términos de significado doctrinal fueron sobre todo de uso interno. Los de afuera llamaban a lmesianismo o a los "hombres de bondad" con el término  el "Camino" (Hch 9:2; 19:9, 23; 22:4), y los opositores judíos los solían llamar "la secta de los Nazarenos" o solo "esta secta". (Hch 24:5; 28:22.)

Estas pequeñas comunidades primitivas de creyentes en Yehoshúa tenían ciertas características:

 

La Kehilá y su lugar de reunión y adoración

 

Se reunían en grupos pequeños en los que se busca que la cualidad de expresar amor y la calidad sea sobre todo a lo cuantitativo, enseñanza que nos da Yehoshúa en el Brit Hadasha y los ejemplos del propio Tanakh.


En sus lugares de reunión la kehilá realizaba oración y alabanzas al Señor o zemi·rohth; entrenamiento homiléptico y misional, así como lectura de Tanakh y el Brit Hadasha (N.T.). El lugar acepto para las reuniones de creyentes, no eran lugares especiales o reservados, como pudieran ser las sinagogas, (quienes algunos llaman templos o iglesias) ya que el propósito de YHVH es que la aceptación de Yehoshúa sea una actitud de vida y no meramente religiosa, por lo que los primeros creyentes se reunían en sus propias casas, (Hch 2:46 5:42 28:30) Por lo tanto, lugares de reunión eran las propias casas de los hermanos y hermanas en la fe de Yehoshúa y que amablemente se habían ofrecido para compartir su cariño, amor y edificación espiritual. La verdadera iglesia /gr. ekklesia) no era el edificio sino la Kehilá (palabra hebrea designativa de una reunión de creyentes en Yehoshúa.) o la eklesia (palabra griega) De todos modos, hemos de tener en cuenta que el apóstol Pablo usó también la "Sinagoga" para la enseñanza y para reunirse con sus hermanos judíos a quienes deseaba transmitir las enseñanzas del Rabí de Nazaret. No olvidemos que la costumbre en la sinagoga era la de dar la oportunidad al visitante de hablar a la asamblea con palabras de estímulo finales y sin duda eso lo aprovechó muy bien Pablo y sus compañeros en sus viajes misionales de enseñanza. 

Ciertamente las Sinagogas eran lugares muy apropiados para enseñar pues en ellas se hacía la lectura y el comentario de la Torá y de las Haftarot a las que les seguía la predicación o exhortación. Leemos que Mesías enseñó y predicó en las sinagogas por toda Galilea (Mt 4:23). De igual manera, Lucas registra en Hch 13:15, 16 : "Y después de la lectura de la ley y de los profetas, los príncipes de la sinagoga enviaron a ellos, diciendo: Varones hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad. Entonces Pablo, levantándose, hecha señal de silencio con la mano, dice: Varones Israelitas, y los que teméis al Elohím, oid:..." lo que demuestra que tanto Pablo como Bernabé usaron la "sinagoga" para hablar y predicar la buena nueva mesiánica. 

Cuando Pablo entraba en una ciudad, por lo general iba primero a la sinagoga y predicaba allí, dando a los judíos la primera oportunidad de escuchar del Reino mesiánico, y después iba a los gentiles. En algunos casos pasó un tiempo considerable, pues predicó durante varios sábados en la sinagoga. En Éfeso enseñó en la sinagoga por tres meses, y después que surgió oposición, se retiró con los discípulos creyentes utilizando la sala de conferencias de la escuela de Tirano durante unos dos años. (Hch 13:14; 17:1, 2, 10, 17; 18:4, 19; 19:8-10.)

Por lo tanto aunque Pablo utilizó la sinagoga como lugar de evangelización de sus amigos y hermanos judíos no la utilizaba como lugar de reunión para la congregación o KEHILA DEL ISRAEL REDIMIDO DE YHVH y YESHÚA Tampoco celebraba reuniones dominicales como si fuese en una iglesia de la cristiandad, porque utilizaba el Shabath o día de descanso judío, para predicar a los judíos, pues ese era su día de reunión en la sinagoga. Por eso se comprende bien por qué los creyentes del Señor al formar sus propias congregaciones eklesias o kehilot, siguieron el modelo básico que ya existía en la "sinagoga judía".

 

Estructura organizativa de la Kehilá

 

Al seguir básicamente la estructura organizativa de la Sinagoga, las primeras Kehilot de asambleas de creyentes del Mesías creían que el hecho de tener un clero o estructura fuese aun incluso para cuestiones administrativas era muy contrario a las revelaciones del Señor, motivo por el cual en las primitivas reuniones todos hablaban en orden y participaban de todas las cosas en común para el mutuo enriquecimiento del pueblo mesianístico recién llegado. No eran seguidores de ningún hombre o mujer terrestre, sin embargo, reconocían que YHVH estructuró un ministerio o servicio a los demás de acorde con los dones conferidos y no estableció jerarquías eclesiásticas, ni Vicarios o voceros de Elohím en la Tierra ya que solo uno era su maestro y solo uno su Cabeza (1 Cor.11:3). La estructura de servicio de las primeras comunidades de creyentes quedó reflejada en Efesím/Efesios 4:11,12 y en Hechos 13:1. Aunque todos se consideraban una "hermandad en la fe", no se sentían superiores a nadie, ni siquiera por el hecho de ser israelitas de sangre. Formaban una colectividad de misioneros y misioneras alabadores del Señor cuyo propósito de asociarse en la kehilá era facilitar su crecimiento espiritual como "personas maduras", capaces de tomar sus propias decisiones, hombres y mujeres "plenamente desarrollados" que correctamente no admitirían más que un solo cabeza espiritual, el de su Mesías Yehoshúa. La mujer igual que el hombre tenía el alto privilegio de representar al Señor realizando la obra misional evangélica. Shellajím/Hechos 14: 21-23.

En las reuniones de Estudio bíblico se urgía la necesidad imperante de que todos los miembros tubiesen convicción profunda. Este tipo de convencimiento no era algo que se adquiriera sobre una base de mero movimiento religioso, debía ser conseguido por el individuo a través del estudio, la meditación, el razonamiento, y las conclusiones personales mediante la guia del espiritu el santo solicitado en oración. La exhortación inspirada "Prueben para sí mismos” la voluntad de Dios, requiere claramente que se mantenga esa clase de pensamiento personal. 

Algo que caracterizaba a las antiguas sinagogas era el almacén para los rollos de las Escrituras. Por cuestión de seguridad, la costumbre más antigua debió ser guardar los rollos fuera del edificio principal o en una habitación separada. Con el tiempo se guardaron en un arca portátil, que se colocaba en su lugar durante el servicio religioso. En las sinagogas construidas posteriormente, el arca pasó a ser un elemento arquitectónico más, pues se construía dentro o sobre la pared. Por cuestiones prácticas la Kehilá o comunidad de creyentes del Mesías también debió asemejarse a la sinagoga y disponer de una buena Biblioteca con diversas traducciones bíblicas (tanto en rollos como en códices) para uso de los presentes reunidos. 

Junto al arca y frente a la congregación estaban los asientos de los oficiales que presidían como "principales" la sinagoga durante el servicio, esto lo notamos cuando leemos lo registrado en Marcos 5: 22: "Y vino uno de los príncipes de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vió, se postró á sus pies". Es patente que entonces había más de un "principe" oficiando en la sinagoga; de igual manera que en la congregación de Elohím debía de haber oficiales que presidían pues Hechos 20: 28 (RV.1909) indica: "Por tanto mirad por vosotros y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual ganó por su sangre.". Aquí el término "obispos" proviene del griego "episkópous" o del hebreo "lif·qi·dhím" (plural) o "pa·qídh" (singular) y significa literalmente "aquel que supervisa".

Había también en la sinagoga los "ministros" o "asistentes" de los presidentes pues leemos acerca de Yehoshúa en Lucas 4: 20 lo siguiente: "Y rollando el libro, lo dió al ministro, y sentóse: y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él". Es muy semejante a lo que existía en la Kehilá del I siglo EC. pues leemos en 1 Timoteo 3: 8 (RV.1909) lo siguiente: "Los diáconos asimismo, deben ser honestos, no bilingües, no dados á mucho vino, no amadores de torpes ganancias". Además estaba el enviado o mensajero de la sinagoga que era como un portavoz (ángel) o representante de la asamblea local. Una designación similar, "ángel", aparece en los mensajes que Jesucristo envió a las siete kehilás o congregaciones de Asia Menor. (Apocalipsis 2:1, 8, 12, 18; 3:1, 7, 14.) 

La Torá se leía en hebreo desde una tarima que tradicionalmente se encontraba en medio de la sinagoga. Alrededor de los tres lados había bancos para el auditorio, posiblemente con una sección separada para las mujeres. Sin embargo la Kehilá del Mesías se diferencia de la sinagoga en que NO existían asientos reservados especiales para supuestos "distinguidos" ni siquiera una sección aparte para las mujeres o los niños. Las familias debían estar en sus lugares todos juntos y los que presidían debían ejercer con humildad su enseñanza tanákhica y con verdadero amor hacia sus hermanos y hermanas (Romanos 12: 8), de esta manera seguirían el ejemplo del Maestro de Nazaret en Mateo 23:6 (RV 1909) donde señaló amonestadoramente sobre la vieja práctica talmúdica rabínica diciendo: " Y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas, y ser llamados de los hombres Rabbí. Mas vosotros, no queráis ser llamados Rabbí; porque uno es vuestro Maestro, el Mesías; y todos vosotros sois hermanos. Y vuestro padre no llaméis a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el cual está en los cielos. Ni seáis llamados maestro; porque uno es vuestro Maestro, el Mesías." 

Al parecer, la orientación del edificio era un asunto importante en la sinagoga, pues se intentaba que los adoradores estuvieran en dirección a Jerusalén (Ver Daniel 6:10.) Sin embargo, la orientación del lugar de culto para la kehilá mesianista no representó ningún problema serio en el siglo I EC. dado que se seguía la pauta que marcó Yehoshúa en Juan 4:21,23 (RV1909): "la hora viene, cuando ni en este monte, ni en Jerusalem adoraréis al Padre...ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que adoren. " 

Parece ser que el culto que se realizaba en la sinagoga consistía en alabanza, oración, recitación y lectura de las Escrituras, comentario y exhortación. Para la alabanza se empleaban los Salmos. El modelo a seguir en la Kehilá del primer siglo era exactamente similar a éste.

Un aspecto de la adoración realizada en la sinagoga era la recitación de la Shemá, o lo que equivalía a la confesión de fe judía. Recibía su nombre de la primera palabra del primer texto utilizado, "Escucha [Shemá], oh Israel:YHVH nuestro Elohím es un solo YHVH". (Dt 6:4.) La parte más importante del servicio religioso era la lectura de la Torá, o Pentateuco, que se hacía los lunes, jueves y todos los sábados. En muchas sinagogas la lectura de la Torá estaba programada para que se abarcase en el transcurso de un año, mientras que en otras abarcaba tres años. Debido a la importancia que se daba a la lectura de la Torá, el discípulo Yaacov pudo decir a la Asamblea Apostólica de Jerusalén: "Porque Moisés desde los tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien le predique en las sinagogas, donde es leído cada sábado" (Hch 15:21.RV1909.). La Misná (Meguilá 4:1, 2) también habla de la práctica de leer perícopas (pasajes) de los profetas, que recibían el nombre de las Haftarot, cada una con su comentario. Cuando Yahoshúa entró en la sinagoga de su pueblo, Nazaret, se le dio uno de los rollos que contenían las Haftarot para que lo leyese, después de lo cual comentó sobre lo leído (Sefer de Isaías), como era la costumbre. (Lu 4:17-21.). La kehilá del siglo I EC. seguía esa misma costumbre e incluso se leían las epístolas apostólicas que transmitían los mensajeros o enviados, y en esto se parece mucho al servicio que se hacía en las sinagogas. (Mt 4:23; Hch 13:15, 16.)

Entre otros aspectos diferenciadores entre la sinagoga y las asambleas o kehilot de creyentes están los siguientes: las sinagogas locales reconocían la autoridad del Sanedrín de Jerusalén; sin embargo las congregaciones de creyentes tenían un solo cabeza, el Mesías Yehoshúa, no tenían ningún Vicario visible como un cabeza Papal o Colegio Cardenalicio, no disponían de ninguna "Santa Madre Iglesia", ni en Roma ni en ninguna otra parte. El Espíritu del Mesías dirigía las kehilot mesiánicas de todo el Orbe. A veces era necesario que se formasen Concilios para cuestiones determinantes y por eso llegó a realizarse el primer Concilio de Apóstoles, presbíteros y hermanos en la iglesia de Jerusalén pero todos ellos dependientes del Mesías, según muestra con claridad el capítulo 15 de Hechos.

Cada cristiano mantenía una relación personal con YHVH a través de Yehoshúa haMachiaj, el Sumo Sacerdote, sin la intervención de otra persona humana (Rabe) ni la necesidad de su mediación. Cada cristiano era parte integrante de "un sacerdocio real", "una nación santa".

Por supuesto que LOS OFICIALES de la kehilá mesianista tenían autoridad bíblica. Pero, no obstante, esa autoridad era siempre usada para el servicio a otros, no para tenerlos subordinados, como el clero actual de la cristiandad papal o del judaísmo rabínico actual. Esa autoridad era para apoyar, aconsejar, incluso amonestar, pero nunca para dominar o someter a vasallaje. Donde surgía la duda, el cisma o el error, la manera de abordarlo era mediante su refutación, con argumentos veraces, a través de la persuasión de las Escrituras Sagradas, nunca mediante coacción o intimidación u opiniones humanas. Yehoshúa dijo: "Porque uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos hermanos". Por eso, este principio del Mesías comporta toda aclaración de textos bíblicos como por ejemplo el de Hebreos 13: 17: "Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas como quienes han de dar cuenta, para que lo hagan con alegría, sin quejarse, porque esto no os es provechoso." Por tato, el mandato de Cristo no se limitaba sólo a la prohibición de ser llamados "líderes", sino en contra de que alguien asumiera la posición o el oficio de líder, llevando a la práctica ese tipo de control autoritario. La palabra griega del texto de Hebreos es peithomai que se traduce como "ser obediente" , el Theological Dictionary of the New Testament (Abridget Edition) dice: "Esta palabra asume acepciones tales como ‘confiar’, ‘estar convencido’, ‘creer’, ‘seguir’ e incluso ‘obedecer’. No podemos nunca pensar que la comunidad de creyentes primitiva del siglo I fuese una sometida a la "Regla de san Benito" o de "entrar por el aro" por que lo manda tal o cual hombre terrestre o una colectividad humana como una especie de colegio cardenalicio Inquisitorial.

También hay que añadir que la existencia de "pastores" en la kehilá, comporta el sentido de "GUÍAS", que actúan como tales en obra de pastoreo amoroso y tierno. En la medida en que la guía dada se acomodara a las enseñanzas de Mesías y en la medida que el pastoreo manifestara su espíritu, una respuesta positiva sería lo pertinente y el camino correcto en cuanto que representaría la sumisión a sus enseñanzas (Las de Mesías). Incluso en asuntos no tratados específicamente por las Escrituras, el creyente habría de cooperar libremente mientras ese consentimiento no rebasara los dictados de la propia conciencia entrenada bajo los principios de las Escrituras. En este sentido, es digno de mención las palabras muy acertadas del Cardenal católico romano Joseph Ratzinger quien en 1968 dijo: "Aun por encima del papa como expresión de lo relacionado de la autoridad eclesiástica se halla la propia conciencia, a la que hay que obedecer en primera instancia, si fuera necesario incluso en contra de lo que diga la autoridad eclesiástica ". 

Por lo tanto, el significado básico del término griego utilizado en Hebreos 13: 17 (peithomai) implica que el consentimiento a ser pastoreado surge como resultado de tener 'confianza’, de estar ‘convencido’ y ‘creer’ en lo que proviene de esos pastores es siempre lo que ya ha venido de Mesías y mencionado en las Escrituras, y sobre esa base él o ella responden primitivamente. Como hermanos y hermanas, han entrado en una asociación voluntaria de creyentes, y a lo que se incita es a una respuesta libre, pacífica, de buena gana, sin nerviosismo o estremecimiento, sin miedos ni sobresaltos, sobre la base de trato amable; ya que así se llevarán a cabo los trabajos de pastoreo de esos hombres con mayor gozo, y hacerlo de otra manera no reportaría ventajas para aquellos mismos a quienes se sirve. No se realiza como consecuencia de una obligación impuesta mayoritariamente, es evidente que dicha "confianza" ha de ser ganada. 

Hay que decir además, que ni en las sinagogas ni en las ASAMBLEAS de creyentes se hacían recaudaciones o colectas, y, sin embargo, en ambas podían hacerse aportaciones benéficas o suministraciones para la ASAMBLEA DE LOS SANTOS, sus ministros y los pobres. (2 Cor 9:1-5.)

 

 

OFICIALES EN LA KEHILÁ PRIMITIVA

 

La Keilah o  Iglesia  en  Yerushaláyim,  al  principio  fue  formada  por  los  de  la  circuncisión (Israelitas-Judíos),  luego  vinieron  los  gentiles  o  creyentes  no  judíos  de  otras partes  del  mundo,  pero  al  comienzo,  consistió  de  fieles  judíos  que  continuaron desde los días de los apóstoles hasta la destrucción de Yerushaláyim en el año 70 EC.".  Por su parte, en un documento histórico del II siglo, se nos confirma lo que es evidente en Guevurot (Hechos), que Ya"aqov o JACOBO, el hermano de Yehoshúa, vino a ser el  NASÍ o  presidente  del  movimiento  NAZARENO,  pero  luego  de  la  muerte  de Ya"akov,  Hegesipo,  el  historiador  mencionado  por  Eusebio,  nos  informa  que  los apóstoles  seleccionaron  al  Emisario  SIMEÓN,  pariente  de  Yehoshúa,  como  Nasí  o Príncipe o Líder principal del movimiento.  La lista luego es completada por Epifanio, quien menciona los siguientes 13 líderes judíos  que  se  mantuvieron  al  frente  de  la  comunidad  en  Yerushaláyim  hasta  la Segunda Guerra de los Judíos (132-135 d.M). En esa lista aparecen las siguientes personalidades, todas de la circuncisión: 

 

1) Tzadik, 2) Zakeo, 3) Tobías, 4) Ben yamim, 5) Yojanán, 6) Matías, 7) Felipe, 8) Séneca, 9) TZadik, 10) Efráyim, 11) Yosef y 12) Yehudáh.  

 

Esto  significa  que  siempre  hubo  una  presencia  judía  en  lo  que  fue  conocido  entre los creyentes tanto judíos como gentiles, como Iglesia o Kehilá Primitiva, al menos hasta el año 135, es decir, la primera parte del siglo II. 

 

Cuando en 130, el rabino Akiva, nombró a Bar Koshiva como el "Mashiaj de Israel", los  líderes  del  movimiento  de  Yehoshúa,  viendo  el  terrible  daño  que  se  hacía  a  la causa  judía  con  tal  nombramiento,  se  separaron  de  aquel  ejército  y  se  refugiaron en  las  montañas  de  Pella,  como  había  ocurrido  en  el  primer  siglo  durante  la innecesaria  guerra  contra  Roma  levantada  ilegalmente  por  los  líderes  de  los fariseos zelotes. 

 

La derrota de los ejércitos de Bar Koshiva no se hizo esperar y el final de Akiva y sus  discípulos  así  como  del  propio  Koshiva  fue  una  de  las  más  innecesarias  y humillantes derrotas jamás sufrida por nuestro pueblo. Yerushaláyim fue retomada por los romanos y cambiada de nombre, así como la tierra de Israel a la cual ahora los romanos dieron el nombre de Palestina, en honor a los dioses filisteos y desde ese  tiempo  se  quiso  borrar  el  nombre  del  Pueblo  de  Israel  y  pensar  que  Palestina era su nombre. 

 

A  partir  de  aquí,  todo  lo  que  oliera  o  tuviera  algún  sabor  judío  era  visto  como potencialmente  dañino  para  Roma  y  fue  en  este  contexto  que  los  creyentes  de origen  gentil,  iniciaron  formalmente  su  separación  histórica  con  los  fieles  de  la circuncisión, algo muy triste para aquellos creyentes que en su mente piensan que Israel fue Desechado… ¡De ninguna Manera!, enfatiza  Pablo de Tarso, líder de los nazarenos. 

 

Los judíos no podían entrar en Israel ni mucho menos visitar Yerushaláyim, pero a los  llamados  cristianos,  gentiles  creyentes  en  el  Mesías,  en  un  principio,  les  fue permitido. Esto creó una situación muy favorable para su subsistencia, probando al emperador que ellos no tenían nada que ver con los judíos ni con Israel, esto en si era la negación del olivo natural. 

 

Para  esa  época,  el  obispo  cristiano  de  Roma  nombró  a  un  creyente  no  judío  su representante  en  Yerushaláyim,  y  desde  entonces,  la  separación  de  los  cristianos de sus raíces judías fue un hecho establecido y confirmado luego en el Concilio de Nicea de año 323.

 

En el año 330 EC. el “padre de la iglesia” Epifanio de Salamis da una descripción detallada de la nueva fe ya no en Yehoshúa, sino que en un “Jesucristo”, “Jesús” o el Cristo,  quien  nada  tenia  que  ver  con  el  pueblo  israelita-judío,  puesto  que  ya  se recorría en el mundo que los judíos,  y solamente ellos habían matado a Jesús, por lo que nada se tenia que hacer, y por otro lado, a aquellos creyentes que seguían la Torah se les condenaba por estar “judaizando”. 

 

Hasta el 70 EC., cuando los romanos destruyeron Jerusalén, los judíos aceptan a los  creyentes  en  Yeshua  en  sus  sinagogas. 

 

En  el  año  130  EC.  se  decretó  que estos   eran herejes y por lo tanto, aquellos que seguían las enseñanza de Yeshua ha  Mashiaj  no  encontraron  cabida  ni  en  los  judíos    ni  menos  en  los  nacientes cristianos, por lo cual debieron ir haciéndose a un lado en todo sentido.

 

-En 1229 EC. El Papa Gregory IX declara que es deber de cada católico perseguir a los herejes.  -En  1267  EC.  Papa  Clement  IV  manda  a  los  franciscanos  y  dominicos  para ocuparse  de  los  “nuevos  cristianos”  que  habían  vuelto  al  Judaísmo;  también  en 1267  el  Sínodo  de  Viena  decreta  que  los  cristianos  no  pueden  asistir  a  las ceremonias  judías  y  judíos  no  pueden  disputar  con  el  simple  pueblo  cristiano acerca de la religión católica. El Papa mismo ordenó a la Inquisición para proceder contra los cristianos que se convirtieran al judaísmo.

 

 -En el siglo XV, en Kiev utilizaban la expresión “Zhidovstvuyuschiye” que traducido libremente es  “los que piensan como los judíos”. Estas personas renunciaban a la Santísima Trinidad y la condición divina de  Yehoshúa,  monacato,  jerarquía  eclesiástica,  las  ceremonias  y  la  inmortalidad  del alma.  Los  concilios  de  la  iglesia  ortodoxa  rusa  proscribieron  sus  libros  religiosos  y no religiosos iniciaron su quema condenando a un número de personas a la muerte, enviados  adherentes  al  exilio  y  los  excomulgaron  A  principios  del  siglo  XIX,  un número  de  comunidades  aparecieron  en  Tula,  Voronezh  y  Tambov,  que  siguió  las tradiciones judías y halaja o forma de vida. 

 

Durante  la  época  Nazi  los  líderes  de  la  Iglesia  Católica  y  Evangélica  alemana, miraron  como  algo  normal  el  matar  a  los  judios,  incluso  Hitler  pensaba  que  el  era un  Mesias  que  venia  a  salvar  al  mundo  de  esta  raza.  Sus  convicciones  fueron apoyadas por las lecturas de Lutero y avaladas con el Papa Pio XI.  Es  increíble,  que  como  aquellos  que  profesan  aun  en  las  iglesias  evangélicas continúan  con  esa  idea  de  que  los  israelitas  han  sido  rechazados  y  que  hoy  solo ellos son los herederos espirituales de Israel.

 

Extraído del artículo por  Dr. Claudio Olguín B. de Yeshivá Beit Yom Tov.

 

 

CREENCIAS DE LA KEHILÁ PRIMITIVA

 

Toda la Kehilá se consideraba Uno en YHVH y en Yehoshúa (Juan 17:21 1 Cor 6:17) y reconocían que la diferencia complementa y no confronta por ello se reunían libremente Judío-Gentil, Hombre y Mujer, esclavo y libre, en fraternidad, en fiestas de amor gozoso y compañerismo agradable en compartir ágapes. Gálatas 3:26-29; Judas 12. Pronto se dieron cuenta que muchas de las tradiciones judaicas si bien en sustancia venían de YHVH, en la practica eran formas de hombres que habían llegado en algunos casos a establecer una religión lo que en principio solo fue una Enseñanza o modo de vivir (denominado por otros como "el Camino", Hechos 24:14. y también denominada por el judaísmo tradicional opositor como "secta de los Nazarenos" o Netzarím (para otros Naztratím). Ver Hechos 11:19;24:15. ), por ello tomaban la enseñanza de la tradición autentica y desechaban la práctica religiosa del hombre en tanto el discernimiento en las Escrituras bajo el poder de la rúaj de santidad les permita ver, daban muchísima preferencia al uso del nombre divino distintivo YHVH sin superstición alguna, de modo que lo santificaban en la debida forma por medio de su testimonio activo a otros, de esa manera seguían el mandato en la oración modelo o "Padrenuestro" que su Maestro les había enseñado a "Santificar Su Nombre" (YHVH). La enseñanza pública y privada y la forma de vida en expresar amor a su prójimo se manifestaba en acciones altruistas y sociales encaminadas a la mejora de la sociedad en donde vivían. Aunque colaboraban y obedecían al estado y sus representantes, en asuntos políticos se mantenían en absoluta neutralidad. De ninguna manera fueron trinitaristas ni papistas, aunque si reconocían la divinidad que Yehoshúa el Hijo tiene por su propia naturaleza otorgada por el Padre YHVH haElohím (Colosenses 1:15-18). Sabían que en el futuro ocurrirían grandes señales anunciadoras del fin del sistema humano de gobernación y que la presencia de Yehoshúa estaría manifiesta. Profundamente creían en la Nueva Era Mesiánica donde se cumplirían hasta literalmente las palabras de Isaías 11: 6-10 bajo la gobernación mundial de la “Nueva Jerusalén” que acontece después del período de la gran tribulación y la llegada cósmica del Mesías con sus ángeles poderosos para recoger a los que son suyos (Revelación/Apocalipsis 21:2) Creían además en la Restauración o Regeneración de todas las cosas, incluidas las personas que habían muerto en el pasado y yacían "en el sueño" del sepulcro (Juan 5:28,29; Mateo 19:28; Hechos 3:21.)

Que el YHVH les bendiga a todos los que han leído esta página y comprenden que Yehoshúa es Mashiiaj y Adón para la Gloria de Elohím El Abba y para la libertad de aquel que lo acepta como Su Salvador y Rey. ¡Amén! y ¡Amén! 

 

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