«Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de JESUCRISTO, Señor nuestro, que habléis todos una misma cosa, y que no haya
entre vosotros divisiones, sino que estéis enteramente unidos en una misma mente y un mismo parecer. ».
No existe una lacónica definición histórica del catarismo. La espiritualidad en que se basa la civilización cátara resplandeció en la Edad Media y
ha evolucionado continuamente, sin perder, además, su autenticidad. Con todo ello, todas sus manifestaciones, independientemente de su condicionalidad temporal, componen una unidad inseparable,
una tradición común que de siglo en siglo fecunda, escondida o claramente, la cultura humana. El catarismo o Iglesia del Amor, no es el movimiento histórico que una vez tuvo
lugar en el pasado. Tampoco tiene nada que ver con las diferentes confesiones religiosas. Es un modo de vida, una forma de ser y una forma de concebir el mundo y convivir en
él.
El carácter de la iglesia es principalmente de hogar como veremos al final del artículo.
Los cátaros eran también Iglesia del Amor y compartían sus bienes, vivían con humildad y sencillez, servían al prójimo, acogían a todo el mundo,
alimentaban al necesitado, daban trabajo en sus talleres artesanales, consolaban y cuidaban a los enfermos… Vivían según los estatutos del universo: la bondad extralimitada, la
pureza perfecta, el amor sagrado, la paz, la sabiduría superante y la defensa de la verdad; de ahí que fuera un pueblo pacífico que encontró millones de seguidores por todo el mundo.
"Pablo mandó llamar a los discípulos, y después
de animarlos y abrazarlos"
TIRY Hechos 20:1
El apóstol Pablo (Shaul de Tarso) se admiraba del misterio de la Iglesia del Amor, porque en la Comunidad de los discípulos de Yeshúa descubría él la
maravilla del don del AMOR DE ElLOHÍM, expresándolo con abrazos hacia los discípulos de Yehoshúa.
El Evangelio, aunque era aceptado de manera individual, se transforma en una familia unida donde las muestras de cariño y amor se hacen patentes mediante abrazos y besos santos. El servicio o
culto se realiza siempre con amor y gozo en beneficio de toda la iglesia-hogar (cf. 1Corintios 12:7). ¡La meta de los creyentes locales era una iglesia-hogar unida y amorosa!
Según la carta a los Efesios, Elohá tiene un proyecto de salvación y quiere una humanidad según Su corazón. La humanidad según Elohá ha sido reconciliada por la
muerte y resurrección de Yeshúa el Mesías, quien venciendo el odio ha hecho posible que toda persona humana compartiera el único vínculo esencial: el ser hijos de
Elohím.
Para el Evangelio de Juan permanecer en el amor del Mesías es el fundamento del ser nazareno mesianista y la cumbre misma de la historia de la salvación.
Tomás de Aquino decía que la vida eterna consiste en que los bienes de uno son compartidos por todos y que la alegría de uno es la alegría de todos, de lo cual es
anticipo de la Iglesia nazarena del Amor. Catalina de Siena concebía a la Iglesia como Esposa del Mesías o Cristo a la que Yeshúa, como Esposo enamorado, se da totalmente para
que tenga vida y dignidad de Esposa y comparta todos los bienes del Esposo. Los bienes del Esposo son Elohím mismo y toda la humanidad reconciliada por su muerte y resurrección.
Para nosotros los que formamos un cuerpo de israelitas redimidos nazarenos de YHVH, la Iglesia del Amor es un Cuerpo Vivo. Es una Comunidad de
Avivamiento del Espíritu: la Comunidad de Elohím por Yeshúa el Mesías en la Rúaj kodeshaj. Esto quiere decir que los nazarenos redimidos estamos dentro del ámbito de lo que Elohím es. Nuestra
esperanza se enraíza en que adquirimos la mirada de Yeshúa el Mesías sobre el mundo y sobre Elohá. Esa mirada es únicamente amor.
El Espíritu de Elohím, que es Amor, está impulsando a las comunidades de los puros creyentes hacia una renovación. Los cambios que, de hecho, ya se están dando,
están marcados por el signo de una mayor fidelidad a Mesías. Se trata de hacer creíble a Yeshúa el Mesías, para hacer creíble el proyecto de Elohím. Y el proyecto de Elohím es que todo hombre,
mujer y niños participen de Su Resplandor, integrándose en su misterio de Amor.
Lo esencial no puede cambiar. Lo antiguo ha de ser revisado, lo nuevo ha de ser acogido y lo que no sirve será desechado. Pero en todo ha de prevalecer el criterio
del amor. Y el amor transforma desde dentro, sin violencias ni rupturas.
1. El misterio del Amor
Viviendo en Iglesia (Comunidad) es posible amar a fondo, sin comprender del todo. Cuando el amor es verdadero no hay límites ni fronteras. Se ama siempre, lo
expandimos a los demás incluso más allá de la muerte. Por eso el amor es inmortal y sólo el que ama es capaz de permanecer vivo. Quien tiene el corazón lleno de amor es capaz de ver maravillas y
es capaz de sentir de una manera diferente. El que ama no filtra la realidad, sino que la capta, la acoge, la sublima y la transforma en belleza indescriptible.
Amar no es fácil. Supone lanzar una mirada a lo lejos, supone abrirse a lo inesperado y dejarse inundar de la luz que hay alrededor.
Amar supone guardar silencio y comunicarse con ese lenguaje que muy pocos dominan, el lenguaje de los ojos, de la mirada, y del éxtasis de contemplar a aquel o
aquella que es amada o amado. Amar, de por sí, es ya comunicación.
Amar, es la única comunicación verdadera, sin mentiras, sin oscuridades, sin incomprensiones, en silencio y respeto de las diferencias, en diálogo interpersonal.
Para el que ama, el otro siempre es un don del Elohím, una oportunidad para hacer creíble la muerte y resurrección de Yeshúa el Mesías.
Amar es tener una mirada de gratuidad sobre el entorno y es tener abiertas las puertas de par en par a la recepción y al encuentro. El que ama no sabe
de miedos, ni de rencores, ni de límites, ni de vacíos, ni de cansancios, ni de soledades, ni de cegueras, ni de ataduras, ni de esclavitudes.
El amor es como un imán que atrae mil virtudes, y también mil riesgos, porque amar es arriesgar la vida y comprometer la existencia en una libertad vertiginosa, en
una borrachera de sensaciones que escapan a la mayoría y que son imposibles de reducir a conceptos. El amor tiene un lenguaje universal, por eso, el que ama no siente barreras, aunque la vida se
le escape. El que ama no teme, simplemente, vive. El que ama se pone en la perspectiva de lo divino en un intenso abrazo de ternura y pureza que te unifica universalmente con tu semejante, tu
compañero o compañera, tu hermano o tu hermana.
No es posible vivir sin amor. Quien no tiene amor no vive, ha muerto. Quien no tiene amor anda en la obscuridad, huye de todo, no se siente a gusto ni consigo mismo
y es esclavo de sí mismo. El que no ama no conoce a Eloha y está ciego, porque la luz no ilumina sus ojos y sus ojos son incapaces de ver la luz con todas sus gamas y dimensiones.
Nos compadecemos del hombre o de la mujer que no aman, y amar quiere decir darse, entregarse en cuerpo y alma a secas, sin esperar retornos o reciprocidades
inmediatas. Como el Padre se da al Hijo en el Espíritu (la Rúaj) y todo el Elohím se derrama sobre los seguidores del Mesías.
Amar es dar la vida para el otro, sea quien sea. Hay dolor en el amor, pero es un dolor que purifica, que hace crecer. Cuando uno ama a alguien, de modo especial,
todo cobra sentido. La propia existencia revela plenitud y alegría, aún en medio de las dificultades, porque la persona que ama es reconocida y al ser reconocida es amada y su vida se llena de
sentido. Desde el Mesías todo hombre y mujer es un don del Elohím.
Por eso sólo es posible ver al Elohím desde el amor, porque él ama a secas, con total gratuidad. La persona que es capaz de amar así, gratuitamente, entra en el
camino de la perfección, porque penetra en el misterio de lo esencial, de lo verdadero y de lo infinito.
El amor no tiene fin, no puede tenerlo, porque está abierto a todo, es expansivo. El amor facilita el encuentro y el encuentro es siempre sanador. El Elohím
ES AMOR, él ha amado primero. Captar su presencia y su belleza, captar su fuerza y la luminosidad de su mirada... captar que quien es capaz de abrirse al amor por completo, es capaz de
empezar a vivir del todo, aun arriesgándose a morir, porque el que ama no muere, sino que vive para siempre, más allá de la frontera del misterio.
Amar y ser amado, en pura gratuidad. Abrirse al encuentro y dejarse encontrar. Darse y recibir, abrazarse fraternalmente en amor pleno, sin reglas, puramente
extensivo. Descubrir y ser descubierto. Dar la vida y encontrarse viviendo. Ahí está la fuerza misma del Reino de Elohím. Y la Iglesia no es otra cosa sino el espacio humano en el que Elohé
(Elohím plural) se hace visible y en el que los hombres y las mujeres se acogen en una unánime pluralidad sin fragmentaciones.
2. El amor, fundamento de la comunidad nazarena redimida
La razón de ser de la Iglesia del Divino Amor es, en 1er lugar, que cada hombre o mujer crezca en el conocimiento del Mesías y le sigan revestidos de su rúaj. En 2º
lugar, ser toda ella un signo del Amor. Y, viviendo en el Amor, por la participación de todos, cada uno según sus posibilidades, trabajar en la construcción del Reino del Elohím. La recompensa es
entrar en la intimidad de Yeshúa el Mesías, llenar la vida de sentido y participar, ya, desde ahora, en el Reino del Elohím que ya está entre nosotros.
El Rostro de Eloha es el rostro del Divino Amor, Mediante Mesías, por eso sólo el Amor revela al Eloha Vivo y le hace visible. Por eso el que vive el Amor se
convierte, sin quererlo, en transparencia del Elohím. Por el bautismo en inmersión en el agua, somos revestidos del Mesías y configurados con él por la Rúaj.
El Espíritu Santo mediante la imposición de manos tras el bautismo, hace del bautizado un templo del Elohím y un signo de la humanidad
nueva.
La comunión nos configura y compromete como Iglesia del Amor de Elohím.
La Iglesia es la Comunidad de los renovados en Mesías que viven bajo el signo del Amor y son instrumentos del Divino Amor. Y eso ha de ser la Iglesia:
transparencia del Elohím, que en Su Verbo o Palabra hecho hombre, pronuncia una Palabra de reconciliación e invita a todo hombre, mujer y niño a la nueva humanidad en Mesías mediante amarse entre
sí.
La Iglesia Nazarena del Amor está marcada por la Comunión en el Mesías y su Testimonio. La comunión significa que, por Yeshúa el Mesías, y bajo la acción de la Rúaj
kodeshá, según la voluntad del Padre, compartimos la vida misma que hay en el Elohím, entramos en comunión con El.
Gracias a esa comunión con Elohím mediante el Cristo reconocemos que todo hombre, mujer y niño son nuestros hermanos.
El testimonio significa que cada uno de nosotros, los que hemos reconocido a Yeshúa el Mesías y le seguimos, y toda comunidad de los santos creyentes puros, es
testigo de la Salvación que Elohím ofrece y que hemos recibido por Yeshúa el Mesías, de manera que nos convertimos en signo e instrumento de esa
Salvación. Esto quiere decir que estamos invitados a comunicar, a todos cuantos se cruzan en nuestro camino, la salvación que hemos recibido para que todo hombre, mujer y niños, de cualquier
lugar, pueda también reconocer a Yeshúa el Mesías y entrar en la comunión de Elohím por medio del amor en acción. Es decir, ser creyente significa aprender a amar como Elohím ama y vivir en ese
amor. Se trata de entrar, como diría Tomás de Aquino, en la dinámica del amor del Elohím.
A causa del Elohím descubrimos que todo hombre, mujer y niños son hermanos nuestros. Esta es la raíz de la significación de vivir en la Iglesia del Amor. Quiere
decir esto que los creyentes del Mesías Yeshúa estamos llamados a vivir en integridad los valores nuevos del Reino del Elohím al interior de las comunidades nazarenas del amor, en una solidaridad
que supera las fronteras y límites geográficos, culturales o temporales. Y, por otro lado, esta solidaridad no está exclusivamente dirigida a los creyentes nazarenos, sino que, según la dinámica
del amor del Elohím, ha de hacerse extensible aún a los no creyentes, sin distinciones, ni prejuicios. Esto es, amar como Elohím ama o, para que descubramos una mayor implicación, amar como somos
amados.
Por eso a la Iglesia Nazarena del Divino Amor se la llama Los santos (puros-cátaros) del Elohím. Los santos tenemos por suerte la dignidad y libertad de los
hijos de Elohím, en cuyos corazones habita la Rúaj como en un Templo. Tiene por ley el mandato del amor, como el mismo Mesías nos amó. Tiene como fin la dilatación o expansión del Reino del
Elohím. Constituido por el Mesías en orden a la comunión de vida, de caridad y de verdad, es empleado por él como instrumento de la redención universal y es enviado a todo el mundo como luz del
mundo y sal de la tierra.
La meditación del siguiente texto de Juan 15:1-17, sirve de punto de apoyo:
"Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto lo
limpia para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios (puros) gracias a la Palabra que os he anunciado/. Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por
sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí como yo en él, ese da mucho fruto, porque
separados de mí no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, lo echan al fuego y arden. Si permanecéis en mí, y mis
palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y así seréis mis discípulos. Como el Padre me amó, yo también os he
amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he dicho esto, para
que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado. Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus
amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a
mi Padre os lo he dado a conocer. No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado a que vayáis y deis fruto, y un fruto que permanezca; de modo que
todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda/. Lo que os mando es que os améis los unos a los otros".
Con la crisis que crece y la decadencia de las ‘predominantes’ iglesias institucionales, se manifestará claramente una nueva espiritualidad teo-inspirada,
en base a la libertad espiritual. Será la base de la civilización teo-humana del futuro.
la Kehilá Nazarena del Amor en el Hogar
Como ya dijimos al principio el carácter de nuestra iglesia local es del hogar, es decir: la iglesia se forma primero en la Casa de uno o una. Tu eres iglesia junto
con tu hermano o hermano. "Donde dos o tres estén reunidos en mi nombre allí estaré yo en medio de ellos" dijo Yeshúa.
Y es que muchos hoy en día buscan una asociación de creyentes más significativa. Algunos pertenecen a una iglesia tradicional, pero sienten que ya no pueden
satisfacer sus necesidades espirituales. Otros son nuevos en el mesianismo, pero por varias razones no están interesados en unirse a una iglesia tradicional. Y algunos son sobrevivientes de
sistemas religiosos abusivos y son reacios a unirse a otra organización religiosa. ¿Adónde pueden acudir personas como estas? La respuesta para muchos ha sido la iglesia en el hogar ¿Qué es la
iglesia en el hogar? ¿Es algo bíblico?
¿Qué es la kehilá o iglesia en el hogar?
La palabra iglesia en el Nuevo Pacto es una traducción a veces mal empleada del término griego ecclesia, que significa asamblea. Se refiere al pueblo
redimido de YHVH, no a un edificio. Una iglesia en el hogar es un grupo de personas, dos o más, tal vez una docena, que se reúnen para practicar el mesianismo nazareno simple e informal en
la casa de alguien. Juntos rezan, cantan, estudian la Biblia y comparten comidas (ágapes) incluso celebran la "Cena del Señor" (ver tema). Debido a que estas personas se conocen bien, pueden
compartir sus problemas y desafíos más íntimos. A medida que el grupo se desarrolla y crece, pueden necesitar dividirse en dos o más iglesias en el hogar, pero pueden encontrarse periódicamente
como un grupo más grande.
Las iglesias o congregaciones en el hogar fueron la norma en el siglo I del cristianismo (Ro 16:3-5, Col 4:15) La iglesia de hoy, dirigida por un pastor
profesional y controlada por una junta, con su oficio de los domingos por la mañana y filas de gente en los bancos escuchando la predicación parecería poco atractiva para los primeros discípulos
de Yeshúa. Ellos practicaron su fe en un ambiente más íntimo e informal.
La iglesia en el hogar debe diferenciarse de los grupos celulares. Los grupos celulares son la respuesta de la iglesia tradicional a la necesidad de una comunión
más íntima y significativa. La iglesia principal organiza varios grupos (células) que se reúnen durante la semana en los hogares. Luego se reúnen todos juntos, normalmente los domingos, en el
edificio más grande de la iglesia, para su tradicional oficio denominacional. La autoridad sigue estando en manos del pastor principal, que suele asignar los líderes de cada una de las células.
La planificación se establece a menudo de forma centralizada y es difundida por los líderes de las células. Aunque hay un contacto más íntimo e informal entre los miembros, lo cual es
beneficioso, normalmente hay poco espacio para la exploración de las Escrituras según la conciencia individual o para el desarrollo de los dones individuales del espíritu y para el
avivamiento.
Por otro lado, en una iglesia en el hogar, el liderazgo no se observa tan claramente. El grupo es autónomo – no depende de ninguna autoridad gobernante excepto de
Yeshúa Mesías o Cristo, que es el cabeza de la congregación (Ef 5:23). Todos los miembros participan, ejerciendo sus dones particulares dados divinamente para la edificación de sus hermanos
y hermanas (1 Cor 12:7, 2 Timoteo 1:6). El objetivo es que las reuniones sean dirigidas por Yeshúa a través del espíritu de o la Rúaj de Yeho·váh, no controladas por detalladas agendas
humanas (Mt 18:20, Gal 5:19-25).
Dado que el cuerpo tiene muchas partes, cada una con un propósito asignado divinamente (dones), la iglesia en el hogar también tiene varios miembros, cada uno con
dones dados por el Elohím para la edificación del cuerpo (1 Cor 12:14-28). A medida que el Espíritu Santo (Rúaj Kadeshá) desarrolla dones en los individuos, estos dones serán reconocidos por los
otros miembros. Algunos son buenos organizadores, otros son profesores con talento, otros son evangelistas por naturaleza, otros son excepcionalmente hospitalarios, etc. La clave es tener fe en
que Yeshúa dirigirá su propia iglesia, y tener conocimiento de la actividad del espíritu divino (Ef 4:7-13).
¿Cómo es una reunión de la iglesia en el hogar? Eso dependerá del perfil de los miembros y de la evolución del grupo. Algunas iglesias se parecen mucho a un
estudio bíblico formal. Después de la oración pidiendo la dirección divina, se lee un extracto de la Escritura y se discute por el grupo. Un moderador, una
función que debe ser rotativa, coordinará la reunión. Otros grupos pueden tener un formato más libre, con varias canciones de alabanza y
oraciones en grupo. Otras se manifiesta el avivamiento donde puede haber incluso sanidades del alma y cuerpo. La consideración y el estudio serán dinámicos, dependiendo de la
dirección del espíritu y las necesidades del momento. Algunas iglesias son muy carismáticas, rezan por la sanación y ejercen dones proféticos (1 Cor 14:1). La mayoría de las iglesias en el hogar
reservan algún tiempo para las comidas comunes (ágapes) y asociación (Hch 2:46).
Normalmente nos inclinamos por una iglesia en el hogar más acorde con nuestros antecedentes personales, pero no debemos juzgar a los que son diferentes (Lu 6:37).
De hecho, visitar otras iglesias en el hogar puede ser educativo y edificante. Podemos descubrir de primera mano que el cuerpo del Mesías es diverso con unidad pero no uniformidad. Aprenderemos a
ser más tolerantes con aquellos cuyos orígenes son diferentes a los nuestros.
Dinámica de grupo
Aunque la iglesia en el hogar es generalmente más gratificante en sentido espiritual que el servicio tradicional de la iglesia, tiene sus desafíos. ¡Esto no debería
sorprender, considerando que hay personas involucradas! Un vistazo a la 1 a los Corintos muestra que la convivencia en congregación inevitablemente implica conflictos. Desafortunadamente, muchas
iglesias en el hogar fracasan porque sus miembros no son conscientes de los beneficios de las habilidades básicas de resolución de conflictos practicadas con amor verdadero. El
conocimiento de las fases de crecimiento del grupo y de los problemas que surgen en cada una de ellas puede ser muy útil para abordar problemáticas interpersonales.
Una nueva iglesia en el hogar se crea cuando 2 o más se comprometen a reunirse regularmente para la comunión y oración en el hogar de alguien. Esta es la fase
de formación. Los miembros se comportan de la mejor manera. Hay emoción en el aire cuando algo nuevo ha comenzado. Cada miembro está tratando de entender cuál es su papel. Normalmente no hay
desacuerdos. Las cosas parecen ir bien, pero el grupo está interactuando sólo superficialmente.
Pronto surgirán cuestiones de liderazgo, programación, funciones u objetivos. Estamos entrando en la etapa de Turbulencia. ¿Quién moderará la
reunión? ¿Quién proporcionará el lugar de reunión? ¿Quién enseñará? ¿Cuál será el tema de las reuniones? ¿En qué dirección vamos? Las luchas internas pueden ocurrir y ocurren y se forman
alianzas. Pero que nadie se asuste; esto es natural y una señal de crecimiento. La clave es comunicarse clara y abiertamente con los demás (Mt 5:37). Un error común en esta etapa es ignorar los
problemas para salvaguardar la “paz”. Esto sólo servirá para que resurjan más tarde, con más intensidad (Mt 5:23-24). Los problemas y cuestiones deben ser discutidos abiertamente si el grupo va a
crecer más allá de la etapa de Turbulencia.
En la fase de Normativa, finalmente se asignan los roles y el grupo encuentra nueva energía. Los miembros (si son hermanas normalmente nombradas
diaconisas) saben qué esperar de cada uno de ellos y cada miembro sabe dónde puede contribuir mejor. Idealmente, los roles serán reconocidos como designados por el espíritu santo. Los ancianos,
por ejemplo, serán aquellos que han desarrollado, bajo la dirección divina, las calificaciones bíblicas (Tito 1:5-9; 1 Tim 3:1-7) y que se les ha IMPUESTO LAS MANOS. Los roles generalmente no son
estáticos. Una persona puede estar calificada para enseñar sobre un tema, y otra sobre otro tema. La función de moderar el debate suele ser rotativo. Un miembro que ha hecho un buen progreso
espiritual puede ser reconocido ahora por el grupo como capaz de desempeñar un papel para el que antes no estaba cualificado. Por otro lado, alguien que ha retrocedido espiritualmente ahora será
visto como no calificado para un rol que antes cumplía. El punto importante es que estos diversos roles bíblicos son planteados por la Rúaj de YHVH y reconocidos por la iglesia. No son
cargos formales, como los que ocupa el clero de una iglesia típica. La distribución de los roles que Yeshúa desea en su iglesia local trae estabilidad y solidez al grupo.
Si la iglesia en el hogar continúa progresando en el espíritu del amor verdadero, finalmente alcanzará una relación madura. Esta es la fase de
Ejecución. Los miembros respetarán las aportaciones y dones de cada uno, y reconocerán y valorarán el papel de cada uno en la edificación de la iglesia. Habrá un alto nivel de compromiso
y cuidado. La libertad cristiana y el amor basado en principios abundarán. Los miembros serán libres de establecer relaciones con personas ajenas al grupo, sin que este se sienta amenazado. Los
problemas y asuntos serán claramente identificados y discutidos. Este cuerpo local de Mesías formado será un verdadero reflejo de la vida mesianística en un mundo malvado, y un
lugar de refugio para aquellos que buscan al Elohím Verdadero. El grupo buscará cada vez más oportunidades para representar a Yehoshúa en la comunidad.
Sin embargo, al igual que un coche requiere un mantenimiento periódico, el grupo debe mantenerse sano y en funcionamiento. A medida que se incorporen nuevos
miembros, que los antiguos se vayan o que el grupo asuma nuevas tareas, tenderá a volver a fases anteriores de desarrollo. Pueden volver a surgir preguntas sobre el liderazgo, agenda, roles o
metas. No debemos desalentarnos cuando el grupo parece retroceder, sino reconocer esto como una dinámica normal. La experiencia nos enseñará que a través del trato amable y paciente de los
miembros, la iglesia en el hogar alcanzará de nuevo un buen nivel de relación madura y armoniosa.
Doctrina
Las iglesias en el hogar típicamente están compuestas por personas de diferentes tradiciones. Esta variedad ofrece una oportunidad para mejorar el aprendizaje y
esto debe ser fomentado, pero también presenta desafíos. Algunos pueden estar muy convencidos de las enseñanzas que otros ven como opcionales, o incluso no bíblicas. ¿Cómo se puede lidiar con
estas preguntas potencialmente desafiantes dentro de una iglesia en el hogar?
Normalmente hay 3 preocupaciones que los creyentes tienen sobre la doctrina. La 1ª es la UNIDAD, la 2ª es la
ORTODOXÍA y la 3ª es el MENSAJE. Muchos creen que es necesario un sistema doctrinal común para reducir las diferencias. Existe la preocupación de que,
si no se toman precauciones, la iglesia en el hogar se alejará de la “ortodoxia” hacia la “herejía”. Relacionada con estas dos preocupaciones está la cuestión del mensaje: ¿Cómo puede una iglesia
evangelizar si no tiene un evangelio común? Estas son preocupaciones válidas y nos ocuparemos de cada una de ellas.
En primer lugar, debe entenderse que la verdadera unidad se produce cuando los creyentes se aman profundamente y están centrados en el Mesías
no en si mismos (su pastor es el Mesías no tú), y no porque tengan una declaración doctrinal común (1 Cor 8:1-3, Fil 2:1-3, Efe 4:15). Yeshúa nos ordena que nos amemos los unos a los
otros (Jn 13:34-35, Ro 13:8), pero desafortunadamente muchos creyentes gastan más tiempo y energía justificando su posición doctrinal o intentando convertir a otros a sus conceptos que
obedeciéndole en este asunto. La mayoría de los problemas relacionados con la unidad desaparecerían si se practicara más el amor dentro de sus asociaciones, se centraran más
en Yeshúa y dedicaran menos tiempo a los debates teológicos (2 Tim 2:14).
¿Pero qué hay de la “ORTODOXÍA”? ¿No deberían los creyentes esforzarse por una creencia “ortodoxa”?
“Ortodoxia” y “herejía” son conceptos relativos y son muy mal entendidos por la mayoría de los creyentes. La idea de que el mesianismo
histórico tenía una posición doctrinal común y homogénea es un mito. Los eruditos ahora entienden que el mesianismo o nazarenismo temprano tenía una rica y variada tradición. “Ortodoxo”
llegó a referirse a los que tenían más poder, y “herejes” a los que se resistían a ellos.
John Wycliffe, William Tyndale y John Huss fueron considerados herejes en su día (los dos últimos fueron quemados en la hoguera por la
iglesia “Ortodoxa”), pero ahora son considerados santos. Debemos rechazar los términos “ortodoxo” y “hereje” por ser relativos, poco útiles y engañosos.
¿Quiere decir, entonces, que deberíamos adoptar el relativismo posmoderno? ¿Deberían las iglesias en los hogares ser un confuso mercado local de ideas, por
absurdas que sean? ¡Claro que no! Se nos ordena adorar en espíritu y en verdad (Jn 4:24). Pablo advierte de aquellos que tratan de suprimir la verdad o que no obedecen a la verdad (Ro 1:18, 2:8).
¿Pero qué es exactamente esta verdad?
Muchos creyentes entienden “la verdad” como un sistema doctrinal. Sin embargo, notemos que Yeshúa afirmó ser el Camino, la Verdad y la Vida
(Jn 14:6). Estar “en la verdad” no significa adherirse a algún sistema teológico, sino que se refiere a estar unido a Mesías como discípulo y discípula. Él es el que se revela a nosotros a
través del espíritu y la Palabra de Yeho·váh, y a través de él llegamos a conocer al Padre y sus proyectos (Jn 14:7-11). El centro del mesianismo es Yeshúa, no un sistema teológico impuesto
por una organización, supuestamente basado en las Escrituras. (Jn 5:39).
Lectura y consideración de las Escrituras
Por supuesto, Yeshúa y sus apóstoles nos dejaron un conjunto de enseñanzas en el Nuevo Pacto. Debemos estudiarlas y considerarlas con reverencia, usando una
buena traducción de la Biblia, y orando para que YHVH ilumine nuestras mentes y corazones. Debemos tener cuidado de no imponer nuestras ideas sobre las Escrituras, sino permitir que las
Escrituras nos hablen en su contexto original. Considerar el propósito del escritor y la probable comprensión del lector es mucho más productivo que elegir textos aislados (uno aquí y otro allá)
que parecen apoyar nuestras ideas personales. Esta última práctica a menudo conduce a un mal entendimiento o incluso a una alteración de las Escrituras. Hay un refrán español que dice. "no
mezcles churras con merinas". Considera el texto según el contexto y no saques otros textos fuera de contexto para apoyar ideas o conceptos doctrinales predeterminados.
Otro principio útil es dividir las enseñanzas en esenciales y no esenciales. La doctrina esencial es la que es crucial para la salvación como la
define la Escritura. Por ejemplo, la enseñanza de que Yeshúa es el Mesías, el Hijo del Elohím Vivo, es esencial y no negociable. (Mt 16:16, Hch 8:37). La creencia de que
los creyentes estamos bajo la Ley de Moisés no lo es (Ro 6:14, Gal 5:18) pues estamos bajo la bondad inmerecida no por obras de Ley somos salvos, pero esto no da pie a dejar la Ley de
Mandamientos de la Torá y pensar que no debemos obedecer el Shabbat o cualquier otro de los 10 Mandamientos. Si es cierto que no estamos bajo la ley de sacrificios y ofrendas
requeridos en la Ley y aquellos sacrificios del Templo, pero esto no quita que sus representaciones simbólicas no estén presentes en nuestras vidas.
Otro buen principio es el de “2 o 3 testigos” (Mt 18:16). Si dos o tres textos, considerados en su contexto, están de acuerdo entre sí, y no hay
textos que los contradigan claramente, tenemos una base para suponer que la enseñanza es sólida. Sin embargo, si se encuentran contradicciones, podemos tener que suspender la creencia o rechazar
la enseñanza.
Por último, es importante ver cómo los escritores del Nuevo Pacto interpretaron el TANAJ o Antiguo Pacto (Escrituras Hebreo-arameas). Tenemos que seguir el
mismo patrón. Por ejemplo, muchos textos que originalmente se aplicaban a Israel fueron reinterpretados para aplicarlos a los creyentes (véase Ex 19:6 y 1 Ped 2:9). El Antiguo Pacto apunta
a Mesías y el Nuevo Pacto proclama que él ha venido. En Yeshúa, todos los propósitos divinos se han cumplido y esto debe tenerse en cuenta, especialmente cuando se lee el Antiguo
Pacto.
El Evangelio del Reino
La enseñanza básica nazarena mesiánica está vinculada al Evangelio ¿Qué les decimos a los que se interesan por Yeshúa? Debemos presentar un mensaje coherente. Si
examinamos los casos de conversión en el Nuevo Pacto, reuniremos información importante sobre la enseñanza elemental y el Evangelio.
“De él [Yeshúa] dan testimonio todos los profetas, que todo el que cree en él recibe, por medio de su nombre, el perdón de los pecados” (Hch 10:43)
“Señores, ¿qué tengo que hacer para ser salvo? Cree en el Señor Yeshúa; así tú y tu familia serán salvos —le contestaron” (Hch 16:30-31)
“si confiesas con tu boca que Yeshúa es el Señor y crees en tu corazón que YHVH lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se
cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para salvación” (Ro 10:9-10; vea también Hch 2:36-39, 8:34-39)
A pesar de las acusaciones de algunos líderes religiosos, las buenas nuevas que salvan son simples y se centran en el Mesías Yeshúa. No tienen nada que ver con
complicados sistemas teológicos o especulaciones proféticas.
Lo que fue suficiente para la salvación en el primer siglo es todavía suficiente para la salvación hoy en día. El mensaje mesianístico no ha cambiado. Sugerir lo
contrario es distorsionar las Escrituras con nuestro particular esquema de salvación. Al enfocarnos en la salvación a través de Yehoshúa el Mesías, como lo hacen las Escrituras, estaremos unidos
en el verdadero mensaje cristiano esencial.
Por supuesto, hay mucha materia en la Biblia más allá de la salvación elemental. Hay detalles sobre el reino de Dios que Yeshúa proclamó ampliamente. Hay
información sobre la condición de los muertos y la resurrección. Hay directrices prácticas sobre la vida diaria y la asociación. Hay muchas profecías de la Biblia que merecen un estudio
diligente. La Biblia nos anima a “pedir por entendimiento” y “a buscar la sabiduría como se busca la plata y un tesoro escondido” (Pro. 2:3-4).
Los creyentes debemos tratar de progresar en su comprensión espiritual a través del estudio serio de la Biblia y la oración. Adquirir un conocimiento más profundo
de Elohé y sus proyectos equipa al creyente para ser un mejor maestro/a diacono/a, un mejor hermano y hermana que “saca de su tesoro cosas nuevas y viejas” (Mt 13:52).
Sin embargo, siempre hay que tener cuidado. Si bien los creyentes deben buscar una comprensión más profunda de las Escrituras, no debemos insistir en que los demás
adopten nuestra opinión particular como creencia esencial, por muy convencidos que estemos de su verdad. Nadie puede poner otro fundamento que el que ya está puesto: Yeshúa el Mesías (1 Cor
3:11). Debemos tener en cuenta lo principal: en las cosas esenciales, la unidad; en las no esenciales, la libertad; en todas las cosas, el amor. Y las enseñanzas esenciales se centran en el
Mesías, nuestro Señor y Salvador: lo que hizo y sigue haciendo por nosotros, para la gloria de Elohím Padre.
Para aquellos que buscan una asociación mesianista de creyentes más significativa, la iglesia Nazarena del Amor "en el hogar"
es una buena opción. Tiene sus desafíos, pero los beneficios superan con creces los costos. Ser parte de una iglesia en el hogar activa, guiada por el espíritu, es estar cerca del
corazón de Yeshúa. El amor se hace más vivo, más íntimo, más sincero. Si no puedes encontrar una cerca de usted, pídale a uno o dos amigos que vayan a su casa a comer y a estudiar la
Biblia. Yeshúa promete estar allí (Mt 18:20). Ore para que le guíe. Oren por los demás y por los necesitados. Canten canciones de alabanza. Sean empáticos, pacientes y cariñosos mientras el
grupo crece y madura (Fil 2:3). Estén unidos en lo que es bíblicamente esencial, pero permitan la libertad en lo no esencial (Ro 14:5). Experimenten la paz y la alegría de adorar al Elohím
Verdadero en la verdadera libertad mesiánica.
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Contribuido
Ejerciendo Amor en la Kehilah Nazarena
El principio de la unidad debería ser:
“En las cosas esenciales, unidad; en las no esenciales, libertad; en todas las cosas,
AMOR”.
Sugerimos además que las únicas doctrinas esenciales en las que debemos insistir son: que la Biblia es la Palabra de YHVH, y que Yehoshúa o Yeshúa, el Hijo
del Elohím, es Señor, Salvador y Rey. En nuestra consideración, mostramos la importancia de mantener a Yeshúa el Mesías en el centro de nuestras asociaciones y la necesidad de
demostrar el amor mesianista basado en principios a nuestros hermanos y hermanas. Concluimos que esta clase de amor identifica a los creyentes verdaderos o los Santos (Puros). Es el amor a
YHVH, al Mesías y a nuestros hermanos y hermanas lo que proporciona una poderosa fuerza unificadora, más poderosa que la adhesión a cualquier sistema doctrinal específico ¿Cómo, entonces, podemos
demostrar de una manera práctica este tipo de amor cristiano unificador y basado en principios?
El
cuerpo del Mesías
En primer lugar, debemos entender que el mesianismo cátaro trata de relaciones: nuestra relación con Yeshúa el Mesías como cabeza de la iglesia, nuestra relación con YHVH, el Padre, por
medio de Mesías, y nuestra relación con nuestros hermanos y hermanas, miembros asociados del cuerpo del Mesías. Son estas personas y sus relaciones las que constituyen el cuerpo de Mesías, y
estas relaciones se basan en el amor verdadero y sentido impulsado por la Rúaj haKodeshá (Espiritu Santo).
"Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos
miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, es un solo cuerpo; así también CRISTO; porque de hecho todos fuimos bautizados en un solo Espíritu para ser un solo cuerpo, sean judíos o
griegos, sean esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber un mismo Espíritu". (1 Corintios 12:12-13 BTX4)
En el artículo One
Body in Christ, Lewis Hrytzak describió la condición ideal de una asociación de la siguiente manera:
Sólo hay un punto central del cristianismo, sólo uno, y este punto central es: la asociación espiritual con Dios por medio de Cristo ¡Eso es todo! Cuando hay esa comunión, ahí está la
iglesia. En su ausencia, no hay iglesia. Puede haber gente muy clerical, edificios suntuosos, eruditos, doctrinas y demás, pero si no hay una verdadera asociación con Dios por medio de
Cristo, no hay iglesia. Por otra parte, si existe tal comunión con Dios por medio de Cristo, los cristianos se amarán unos a otros, y serán uno en Cristo, a pesar de ciertas diferencias
doctrinales.
Vemos, entonces, que sin la participación del Elohím mismo a través de su Rúaj o Espíritu, no puede haber una verdadera asociación de SANTOS creyentes. Si Yeshúa no está presente,
guiándonos como cabeza de la kehilá o iglesia, entonces nuestros esfuerzos son en vano. Estamos haciendo meras obras de hombres, no las obras del Elohím.
¿Cómo podemos asegurar que el Espíritu Santo esté presente a través de Yehoshúa en nuestros cultos? ¡Debemos pedirlo y avivarlo!
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? (Lucas 11:13 BTX4)
Debemos persistir en nuestras oraciones a YHVH pidiendo avivamiento del Fuego del Espíritu dentro de nosotros (2 Tim 1:6) . Como hermandad, siempre debemos buscar la guía del Espíritu y el
liderazgo de Yehoshúa, en lugar de nuestras propias ideas y obras.
Relaciones de
amor mutuo
En el libro Authentic
Relationships de Wayne y Clay Jacobsen, los autores dan muchos consejos sobre el olvidado arte del “uno al otro”, como ellos dicen. Resumiremos el libro en este artículo.
Recomendamos encarecidamente su lectura.
Las relaciones de amor mutuo se definen en la página 17:
Las relaciones ... no se crean ... captando el corazón ... en relaciones que cambian la vida. A lo largo del ministerio de Jesús, él demostró que los más simples actos de amor
y amistad pueden llegar a las almas más endurecidas y transformarlas.
En la página 19, los autores escriben sobre la necesidad de una verdadera amistad:
Un amigo mío define las relaciones típicas como la “adaptación mutua a las necesidades propias”. No pretende que eso sea halagador. Lo que quiere decir es que nuestras amistades duran
sólo mientras podamos satisfacer alguna necesidad profunda del otro de aceptación, seguridad o estatus. Por eso la mayoría de las amistades con otros creyentes están orientadas a tareas y
sólo sobreviven mientras trabajamos juntos en la misma tarea. Mientras siga el programa, encontrará aceptación. Sin embargo, si haces la pregunta equivocada, pierdes algunas reuniones, o
incluso (¡Dios no lo quiera!) asistes a otra asociación, las amistades terminan de repente o se vuelven hostiles.
Dondequiera que viajo, veo esta necesidad por todo el cuerpo de Cristo, y a menudo permanece insatisfecha. La gente tiene muchos conocidos, pero pocas amistades verdaderas. No sabemos
cómo construirlas, cultivarlas o apreciarlas, y a menudo terminamos haciendo lo mejor que podemos. Sólo podemos escapar de esta trampa viviendo como vivió Jesús, no tratando de obtener
amor para nosotros mismos, sino aprendiendo a compartirlo con los demás.
En la página 21, los autores definen una “Vida centrada en los demás”:
Si ya has tenido amistad con personas centradas en los demás, sabes lo valiosos que son estos amigos. Muestran interés en ti precisamente porque les importas. Su preocupación no está
ligada a sus propias necesidades y deseos. Su interés por ti no exige nada a cambio, y sólo se alegran de verte bendecido. Abren sus vidas como un libro y te dejan leerlo libremente.
Nunca tienes que adivinar lo que están pensando, porque vendrán y te lo dirán, y te harán sentir lo suficientemente seguro como para que no tengas que fingir nada con ellos. Ofrecen su
consejo libremente, pero nunca exigen que les prestes atención. Te dan la libertad de no estar de acuerdo y la flexibilidad de hacer las cosas de manera diferente a como lo harían ellos
sin comprometer nunca su amor por ti.
Casi sin pensar se despojarían de su ropa y te la darían si supieran que la necesitas, pero no siempre te darán todo lo que quieres. Miran más allá de tus defectos, mantienen su
promesa y te ayudan para que alcances la meta. Puede que no los veas durante meses o años, pero la próxima vez que vuestros caminos se crucen, sentirás como si nunca os hubierais
separado. Cuando dicen que rezarán por ti, sabes que lo harán. Cuando pases por tus momentos más oscuros, ellos estarán a tu lado. Dejarán que su presencia te consuele, aunque no tengan
las palabras adecuadas.
Estos amigos tienen su raíz en el corazón de YHVH. Nadie puede amar tan libremente a quien YHVH no ha amado primero profundamente. Descubre el poder de este amor, y nunca más estarás
solo.
Las personas como estas son raras, pero todos las hemos conocido. Nos atraen naturalmente. Necesitamos gente como esta en nuestras comunidades. O, mejor dicho, necesitamos que nuestras
comunidades tengan esas cualidades ¿Cómo podemos desarrollar estas cualidades si no las poseemos?
Los
textos “Unos a los otros”
Los autores de Relaciones Autenticas identifican 22 de los textos llamados “unos a los otros”. Al estudiarlos y aplicar sus lecciones, junto con las peticiones de ayuda a YHVH, podemos
desarrollarnos como personas “enfocadas en los demás”.
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como os amé, que también os améis unos a otros. (Juan 13:34 BTX4)
Vivir en el amor de Yeshúa es el primer paso. Tenemos que experimentar el amor de Mashiaj para poder reflejarlo en nuestras relaciones con los demás. El amor de unos a los otros no
es una tarea pesada, sino la alegría de compartir la vida de Yeshúa, no sólo con su pueblo, sino también con un mundo atrapado en la oscuridad.
… perdonándoos los unos a los otros como también DIOS os perdonó en MESÍAS. (Efesios 4:32)
Por tanto, aceptaos los unos a los otros...(Romanos
15:7BTX4)
con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos unos a otros en amor (Efesios 4:2 BTX4)
Ser herido por otros es una situación que puede volvernos tan críticos y defensivos que es difícil apostar por nuevas relaciones. A menudo, la forma en que alguien ve o actúa desencadena
recuerdos de una persona o una experiencia desagradable, y si no hemos dejado eso en el pasado, reaccionaremos distanciándonos de esa persona. ¿Cómo podemos unir nuestros corazones si
llevamos este tipo de equipaje? Aprender a lidiar con nuestro pasado es fundamental para mantener nuestras amistades y abrirnos a otras nuevas. El perdón y la aceptación son los purificadores
de la vida del cuerpo, que nos permiten vivir libres del pasado. Aceptemos a las personas como son, confiando en que YHVH y Su Hijo Yeshúa las cambiará con el tiempo.
Amándoos unos a otros con amor fraternal; en cuanto a honor, prefiriéndoos unos a otros; (Romanos 12:10 BTX4)
Oscar Wilde: El egoísmo no es vivir como una persona quiere vivir, es pedir a otros que vivan como esa persona quiere vivir.
La tendencia por satisfacer el ego es nuestro mayor tirano. En lugar de vivir relajados el momento, tenemos que manipularlo constantemente. Nos descubrimos a nosotros mismos usando a la gente
en vez de amarla. Si vamos a compartir la alegría de amarnos unos a otros, tenemos que dejar que Yeshúa reajuste nuestro pensamiento para que seamos aún más conscientes de los demás que
de nosotros mismos.
Saludaos unos a otros con ósculo santo. (2 Corintios 13:12 BTX4)
Sed hospitalarios los unos para con los otros, sin
murmuración, sirviéndoos entre vosotros según el don que cada uno recibió (1 Pedro 4: 9,10
BTX4)
Dale Carnegie: Puedes hacer más amigos en dos meses, interesándote por otras personas, que en dos años, tratando de que otras personas se interesen en ti.
Eche un vistazo a su alrededor y vea dónde puede ser hospitalario. Entonces despeje su agenda e invite a comer o cenar a un amigo o alguien que no conozca bien ¡Suena fácil, porque lo es! A
menudo es el primer paso para una valiosa amistad.
Sean bondadosos y compasivos unos con otros… (Efesios 4:32)
No se olviden de hacer el bien y de compartir con otros… (Hebreos 13:16)
El ósculo o beso santo fue una costumbre muy arraigada en la iglesia nazarena primitiva usada para demostrar afecto y unidad con los hermanos en la fe.
En una cultura en la que la mayoría de la gente busca ser el número uno, los actos de bondad ocasionales destacan tan brillantemente como un faro en una noche sin luna (pág. 71). En una
situación de conflicto, un acto de bondad puede hacer mucho para neutralizar la animosidad, permitiendo cultivar el amor entre unos y otros.
…servíos los unos a los otros por medio del amor. (Gálatas 5:13 BTX4)
Sobrellevad los unos las cargas de los otros… (Gálatas 6:2 BTX4)
...edificaos el uno al otro… (1 Tesalonicenses 5:11 BTX4)
Un acto de amor puede iniciar una nueva relación, una que podría iniciar una vida al amor divino. Lo importante es que dejemos que el amor nos motive cuando el Espíritu nos hace
conscientes de las oportunidades de servir. Servir sólo por obediencia es una esclavitud, servir con amor es una alegría.
A menudo encontrarás que mientras compartes generosamente tu vida, otros harán lo mismo. Escuchar cómo los demás están aprendiendo a seguir a YHVH, extrayendo la sabiduría que descubren en la
Palabra, no sólo enriquecerá su propio camino, sino que aumentará la profundidad de la fraternidad que experimentan con los demás. Este tipo de intercambio es el pan de cada día que alimenta la
vida.
… anímense unos a otros cada día… (Hebreos 3:13)
anímense unos a otros… (1 Tesalonicenses 4:18)
estimularnos al amor y a las buenas obras (Hebreos 10:24)
Nos animamos mutuamente diciendo o haciendo cosas que hacen al Elohím más visible para todos. El estímulo que recibimos de una reunión de creyentes por sí
solo no es suficiente; necesitamos un estímulo adicional a través de las relaciones personales, y estaríamos bien atendidos si incluimos el ánimo en el tejido de nuestras vidas y en nuestra
relación con los demás. Si bien puede hacerse de varias maneras, animar a otros a amar y hacer buenas obras saca lo mejor de los demás y les ayuda a ver el proyecto divino en sus
vidas.
…vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, y que sois también capaces de amonestaros los unos a los otros. (Romanos 15:14 BTX4)
… con toda sabiduría, enseñándoos y amonestándoos unos a otros con salmos e himnos y cánticos espirituales (Colosenses 3:16 BTX4)
El rey Salomón dijo: “El que atiende a la crítica edificante habitará entre los sabios” (Proverbios 15:31). Debemos estar dispuestos a ofrecer consejo con un
espíritu de amor a nuestros hermanos, y debemos estar dispuestos a recibir tal consejo con un espíritu de humildad. Pero debemos entender que el crecimiento en nuestra relación con YHVH no
viene a través de la conformidad con las reglas, sino a través de la transformación interna y espiritual. En todo momento nuestro objetivo debe ser ayudar a nuestros hermanos y hermanas en su
propio camino con el Mesías Yeshúa, no en el camino que nosotros pensamos que deben andar. de alguien, orando lo mejor que podamos para entender la obra divina, insistiendo hasta que veamos
su obra terminada. Aprender a hacer esto bien puede llevarnos a oraciones efectivas y a un crecimiento maravilloso en nuestras relaciones de amor.
…y orad unos por otros para que seáis sanados (Jacobo 5:16 BTX4)
La verdadera oración es el proceso de involucrarse en la necesidad
Confesaos, pues, los pecados unos a otros, y orad unos por otros para que seáis sanados… (Jacobo 5:16 BTX4)
teniendo el mismo sentir los unos con los otros (Romanos 12:16 BTX4)
¡Estos textos son sólo para relaciones maduras! Revelar nuestro interior a la gente no es fácil, porque muchos de nosotros hemos sido abusados o manipulados por otros precisamente en
nuestros puntos más débiles. No es conveniente abrirse a los demás sólo porque se llamen a sí mismos creyentes, sino que podemos permitir que las relaciones crezcan hasta el punto de que las
personas puedan manejar adecuadamente la importancia de nuestro compartir en una atmósfera de amor y confianza.
… siendo dóciles unos a otros
Richard Foster:
“La sumisión es la capacidad de dejar de lado la pesada carga de tener que salirse con la suya”
Como hermanos y hermanas no nos decimos lo que tenemos que hacer, sino que mantenemos un diálogo honesto que respeta la obra divina en nuestras vidas. Debemos
seguir a Yeshúa, no a los intermediarios que nos dicen lo que el Elohím requiere.
Pablo entendía la sujeción, no como algo que exigía de los demás, sino como aquello que le habilitaba para servir a los demás. Siempre hay que tener cuidado cuando
seguimos la dirección Diuvina a expensas de alguien más. Cuando el Elohím pone algo en nuestros corazones, nos pide que lo afrontemos y no lo impongamos a los demás. Cuando rechazamos el
concepto de que la sujeción es una herramienta para controlarnos unos a otros, podemos disfrutar de sus beneficios compartiendo sabiduría y discernimiento sin sentirnos amenazados. A
través de este compartir el cuerpo del Mesías crece.
Conclusión
La Iglesia-hogar es la gran familia de YHVH y en ella nosotros tenemos un lugar muy especial, todos somos parte de un mismo cuerpo donde la cabeza es Yeshúa Mesías.
Elohím es amor y de la misma forma como él nos ha amado, él desea que amamos a todas aquellas personas que nos rodean, no es haciendo acepción de personas ni amando con condiciones, Yeshúa desea
que su amor te penetre de tal manera que ames a tu prójimo así como te amas a ti mismo, una vez que actúas bajo la Palabra Divina, donde él nos deja como mandamiento que nos amemos los unos a los
otros, empezarás a ver a la gente de manera diferente, no querrás más que, sanar al quebrantado de corazón, levantar al caído, ayudar al oprimido y restaurar a todos aquellos que se encuentran
pasando difíciles situaciones. Cuando el Padre te dice que ames tu prójimo, te está diciendo que lo ayudes en su necesidad, que seas un consuelo en el dolor, que no te vuelvas indiferente a su
adversidad, antes bien conviértete en una extensión del amor del Padre celestial en la tierra y te asegura con toda firmeza que él estará muy agradado por eso. Por tanto, como hijos e hijas
amados y amadas es muy importante caminar en sus mandamientos y guardar cada una de sus ordenanzas, incluido el primer mandato original del Génesis 1:28. Debes mostrar amor a todos aquellos que
te rodean, ser colaboradores y ayudar en medio de la necesidad de ellos, orad los unos por los otros, pedir al Espíritu Santo para que les fortalezca y les revele cuanto Yeshúa les ama, para que
así, puedan alcanzar la salvación de sus vidas en la eternidad, llora con los que lloran, duélete de aquellos que se duelen, y no te olvides de la viuda y del huérfano. Romanos 12:10 Amaos los
unos a los otros con amor intensol. Y recuerda, nuestro amor por nuestros hermanos y hermanas en Mesías debe ser desde el corazón.
El cuerpo del Mesías (la Kehilah Nazarena del Amor) es un organismo espiritual viviente, compuesto por verdaderos creyentes individuales, en unión con Yehoshúa
haMashiaj, la cabeza del cuerpo. Para sobrevivir, el cuerpo no debe estar dividido. La unidad se obtiene a través de nuestro sometimiento al pastoreo de Mesías, pidiendo humildemente guía, y
reflejando el amor del Elohím en todas nuestras relaciones y prácticas. Los textos de “unos a los otros” que hemos considerado, demuestran de manera práctica y específica, cómo podemos expresar
este amor entre nosotros. meditémoslo y utilicémoslo en nuestro camino con nuestro Señor.
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita,
no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los
otros. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles
aún.
vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al
dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.
No exigirás de tu hermano interés de dinero, ni interés de comestibles, ni de cosa alguna de que se suele exigir interés. Del extraño podrás exigir interés,
mas de tu hermano no lo exigirás, para que te bendiga Jehová tu Dios en toda obra de tus manos en la tierra adonde vas para tomar posesión de ella.
Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas
en común.
Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino
exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de
nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.
Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un
cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.
Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo
Espíritu.
Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros
entrañablemente, de corazón puro;
Leyes sobre la libertad religiosa en la Constitución Española.
ART. 16.1 SE GARANTIZA LA LIBERTAD IDEOLÓGICA, RELIGIOSA Y DE CULTO DE LOS INDIVIDUOS Y LAS COMUNIDADES SIN MAS LIMITACIÓN, EN SUS
MANIFESTACIONES, QUE LA NECESARIA PARA EL MANTENIMIENTO DEL ORDEN PÚBLICO PROTEGIDO POR LA LEY.
ART. 16.2 NADIE PODRÁ SER OBLIGADO A DECLARAR SOBRE SU IDEOLOGÍA, RELIGIÓN O CREENCIAS.
ART. 20.1.A SE RECONOCE Y PROTEGEN LOS DERECHOS: A EXPRESAR Y DIFUNDIR LIBREMENTE LOS PENSAMIENTOS, IDEAS Y OPINIONES MEDIANTE LA PALABRA, EL
ESCRITO O CUALQUIER OTRO MEDIO DE REPRODUCCIÓN.