“Todopoderoso” o "Autosuficiente" se traduce del vocablo hebreo que es el SUSTANTIVO Shaddai (BDB 994, KB 1420), y también del griego Pantokrátōr. Ambas palabras comunican la idea de fuerza o poder.
Hay diversas teoría sobre su significado, he aquí algunas:
1. Las versiones hebreas antiguas y los rabinos usualmente lo traducen como “auto suficiente”.
2. Algunos eruditos (como Albright) entienden que proviene de la raíz acadia que significa “montañas” (ver Sal. 18:1-2). Tal vez tenga asociación con la mitología cananita (ver Is. 14:13; Ez. 28:2), o babilónica, por las montañas hechas por el hombre llamados zigurats (ver Gn. 11).
3. Es posiblemente de la raíz asiria (BDB 993, KB 1417) para “espíritu protector” o “demonio”.
4. Es posible que provenga de la raíz hebrea shdd (BDB 994, KB 1418), significando entonces “destruir” o “arruinar”.
5. Es posible que provenga de la raíz hebrea shd (BDB 994), significando los pechos de una mujer (o sea, “Elohím el que alimenta” o “Elohím el Protector/Proveedor”).
6. Es posiblemente una palabra rara (BDB 994, KB 1420), significando “derramar” (o sea, “El” como Dador de la lluvia).
Todas estas especulaciones muestran que simplemente no conocemos la etimología de la palabra. En uso es paralela a YHVH de Génesis a Éxodo y en el libro de Job. Los primeros patriarcas llamaban al Elohím con el título de El Shaddai, que hemos traducido en TIRY como “El Todopoderoso”, (ver Gé. 17:1; 28:3; 35:11; 43:14; 48:3; Éx. 6:3).
En el libro de Job el título Shaddai (sin El antepuesto), es usado en Job 5:17; 6:4,14; 8:3,5; 11:7; 13:3; 15:25; 21:15,20; 22:3,17,23,25,26; 23:16; 24:1; 27:2,11,13; 29:5; 31:2,35; 32:8; 33:4; 34:10,12; 35:13; 37:23. La situación histórica del libro de Job data del periodo Patriarcal (es decir, el II milenio a.C.).
En el texto hebreo, Schad·dái se utiliza 7 veces junto con ʼEl para formar el título “Elohím Todopoderoso”. Las otras 41 veces que se emplea esta expresión aparece sola y se traduce “El Todopoderoso”. A semejanza de lo que ocurre con ʼAdonái (Señor Soberano) y ʼElohím (Poderoso), Shaddái se escribe en plural para indicar magnificencia.
Los traductores de la Septuaginta (LXX) se sirvieron de varios términos griegos para traducirla, en el libro de Job emplearon en 16 ocasiones el vocablo Pantokrátōr (Omnipotente). En algunos casos tradujeron Shaddái por un término griego (hikanós) que significa “suficiente” o “apto”. (Rut 1:20, 21; Job 21:15; 31:2; 40:2.) Otros traductores griegos posteriores, como Aquila y Símaco, continuaron la misma corriente, y por ello tradujeron Shaddái por el “Suficiente (Apto)”.
En la actualidad, como ya vinos, muchos críticos concuerdan con la opinión presentada por la Biblia de Jerusalén en una nota sobre Génesis 17:1: “La traducción común ‘Dios omnipotente’ es inexacta. El sentido es dudoso; se ha propuesto ‘Dios de la montaña’”. Esta afirmación extrema, sin embargo, se basa en una supuesta vinculación de Shaddái con el término acadio shadu (montaña). La obra Unger’s Bible Dictionary (1965, pág. 1000) comenta: “No obstante, esta opinión es inaceptable. Es más probable que Shaddai se derive de la raíz shadad [shadád], ‘ser fuerte o poderoso’, como en árabe”. (Véase también The Analytical Hebrew and Chaldee Lexicon, de Benjamín Davidson, pág. 702.)
En el texto bíblico, shadád suele implicar un poder violento, como cuando se usa para despojar con violencia. (Compárese con Sal 17:9; Pr 11:3.) Isaías 13:6 dice: “¡Aúllen, porque el día de YHVH está cerca! Como despojo violento [keshód] de parte del Todopoderoso [misj·Shaddái] vendrá”. Aunque el uso bíblico de esta raíz encierra la idea básica de una acción violenta, algunos eruditos piensan que su sentido original o primario era simplemente “ser Poderoso” u “obrar con Poder”. The Jewish Encyclopedia (1976, vol. 9, pág. 162) explica: “Sin embargo, es posible que su significado original fuese ‘dominar’ o ‘fuerza dominadora’, y que este significado persista en el [título] divino”.
YHVH empleó el título “El[ohím] Todopoderoso” (ʼEl Shaddái) cuando le hizo a Avrahán la promesa referente al nacimiento de Yitsjaq, una promesa que requería gran fe en el poder de YHVH para cumplirla. A partir de entonces se usaba cuando se decía que “El” era el que bendeciría a Yitsjaq y Yaaqov, los herederos de las promesas. (Gé 17:1; 28:3; 35:11; 48:3.)
En armonía con esto, Elohím dijo a Mosheh tiempo después: “Yo solía aparecerme a Avrahán, Yitsjaq y Yaaqov como El Todopoderoso [beʼÉl Shaddái], pero en cuanto a mi Nombre YHVH no me di a conocer a ellos”. (Éx 6:3.) Estas palabras no podían querer decir que aquellos patriarcas desconocieran el Nombre Divino de 4 letras, pues tanto ellos como sus antepasados lo utilizaron con frecuencia. (Gé 4:1, 26; 14:22; 27:27; 28:16.)
En realidad, en el libro de Génesis, donde se narran las vidas de los patriarcas, el término “Todopoderoso” solo aparece 6 veces, mientras que el nombre personal YeHWaH se escribió 172 veces en el texto hebreo completo más antiguo disponible. No obstante, aunque los patriarcas comprendían por su propia experiencia que “El” merecía el título “Todopoderoso”, no habían tenido oportunidad de apreciar a plenitud el significado y las implicaciones que encierra su nombre personal, YHVH.
The Illustrated Bible Dictionary (edición de J. D. Douglas, 1980, vol. 1, pág. 572) comenta a este respecto: “La revelación anterior, dada a los patriarcas, se refería a promesas pertenecientes al futuro lejano; significaba que podían confiar en que Él, Yahweh, era un Dios (ʼEl) capaz (un posible significado de Shaddai) de cumplirlas. La revelación en la zarza fue más grande y personal, pues el poder divino y Su presencia inmediata y permanente estaban implícitos en el nombre familiar de Yahweh”.
En II Corintios 6:18 Pablo cita la Biblia Hebrea cuando insta a los creyentes a apartarse de la adoración falsa y de los ídolos inútiles y poder, y llegar a ser hijos del “Todopoderoso [Pantokrátōr]”. En vista de la cita del apóstol, es obvio que este título aplica a YHVH.
De manera similar, en Apocalipsis, el título Pantokrátōr no se aplica a Cristo o Mesías sino al Padre Eterno YHVH, el Creador y Rey de la Eternidad, como sucede en “la canción de Mosheh el esclavo del Elohím y la canción del Cordero” que aclama a YHVH por ser Aquel que merece la adoración y el temor de todas las naciones. (Apocalipsis 15:3; cf. 21:22.) Se hace patente que el título se refiere a YHVH en Apocalipsis 19:6, donde se incluye la expresión Aleluya (Alabad a Yah). De igual modo, la expresión “Aquel que es y que era y que viene” (1:8; 4:8) apunta claramente hacia el Elohím Eterno (Sal 90:2), que no solo “era” el Todopoderoso en la antigüedad, sino que continúa siéndolo y “viene” como tal con el fin de expresar su omnipotencia. De nuevo se hace referencia a una acción violenta, pues, tras ‘tomar su gran poder’ para comenzar a reinar (Apo 11:17, 18; 16:14.)
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